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Combustible para los mercados
hace 2 años - lunes, 8 de junio de 2020
El Banco Central Europeo ha vuelto a demostrar su compromiso en la reactivación económica El organismo, que preside Christine Lagarde, decidió en su reunión del 4 de junio poner más carne en el asador.

El Banco Central Europeo mueve ficha y amplía su programa especial contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés).
En concreto el BCE decidió aumentar el programa de compra de deuda en 600.000 millones de euros; una gasolina extra que inyectó optimismo a los mercados, como quedó patente en las subidas bursátiles. Se trata de una muestra más de su actitud proactiva en esta crisis, que está superando al papel ejercido en la de 2008.
Al margen de cuánto dure la alegría en el ambiente y del poder sanador real que puedan ejercer estas medidas sobre la economía, aplaudimos su llegada. Para empezar por el efecto positivo que tienen sobre los inversores; ávidos de confianza ante el sombrío panorama que se cierne sobre la economía. A este respecto las previsiones del BCE para la eurozona señalan una bajada del PIB para este año del 8,7% en el PIB. En cuanto a la inflación, estiman un 0,3% de media, porcentaje que subiría al 0,8% en 2021 y al 1,3% en 2022. Con estos niveles tan bajos de inflación – que siguen la estela de los últimos años –hay algo aún que no ha hecho cambiar la crisis sanitaria. No es otra cosa que la larga vida prevista para los tipos bajos. Un interés que tiene el de los depósitos en una media ínfima del 0,16% a un año. Aun así, este porcentaje ruinoso sigue sin echar para atrás a aquellos que buscan puertos más seguros para su patrimonio, a sabiendas de que sacrificarán su rendimiento. Es más, no sólo no les echa para atrás, sino que el patrimonio invertido sigue subiendo: según la estadística del BCE la tasa de avance interanual de los depósitos de los hogares aumentó hasta el 6,7% en abril frente al 6% registrado en marzo. Este ligero ascenso viene a demostrar que no han perdido su gancho. No obstante, algunas entidades tratan de seguir atrayendo capital, por ejemplo, publicitando intereses más atractivos. Es el caso de Banco Mediolanum, que cuenta con depósito al 3% a seis meses, atrayente, ¿verdad? Sólo que en realdad no estaría invirtiendo en un depósito tradicional, pues tendría que contratar además un fondo o un plan. En resumidas cuentas, sólo una pequeña parte de su dinero estaría bajo el paraguas de un interés fijo, mientras el resto quedaría a merced de lo que pasase en los mercados.
La idea que debe grabarse a fuego el inversor es que para aspirar a mayores rendimientos no queda otra que elevar el nivel de riesgo. Pero eso no conlleva tener que invertir sin rumbo: debe hacerlo a través de estrategias diversificadas como por ejemplo con nuestras carteras modelo. Con ellas es posible obtener rendimientos más que razonables, sin asumir riesgos excesivos. Es el caso de los que ofrece nuestra Cartera Global Flexible, que se situarían en torno al 5% anual medio y cuyo rendimiento real apenas se vería menguado por el efecto negativo de la inflación.
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