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Ser paciente tiene premio
hace 3 años - lunes, 30 de marzo de 2020Esta acción inmediata es la que ha reclamado Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, en una columna publicada recientemente en el diario Financial Times. “Super Mario”, como se le conoce al italiano, llama a la movilización de los sistemas financieros de los países con celeridad; apoyándose mutuamente como europeos que somos en esta causa común. Algo que de momento parece estar estancado.
Por su parte, las empresas ya calculan la factura económica del COVID-19, una factura que les obligará a revisar sus previsiones a la baja para este 2020, como también lo hemos hecho nosotros. Algunas compañías, en adelanto de la tormenta que se avecina, ya se han lanzado a tomar medidas para comenzar a apretarse el cinturón. Oyendo las recomendaciones del BCE que insta a los bancos a bajar dividendos y bonus han eliminado o recortado el pago de los primeros para preservar su dinero en caja, a costa de la retribución al accionista. Tal es así, que la lista de las que por ahora lo mantienen es más bien escasa. Ante este cambio en la política de dividendos, no está de más recordar, en primer lugar, que las empresas, aunque cierren el ejercicio con beneficios, no están obligadas a remunerar cada año a sus accionistas; y, en segundo lugar, que una compañía anuncie el pago de dividendo no significa que no pueda dar marcha atrás en el pago del mismo, ya que este sólo se convierte en definitivo después de aprobarse en la Junta de Accionistas; juntas que en algunos casos se están cancelando ante la actual situación. Mientras tanto, los bandazos se suceden en los mercados: a las caídas le siguen rebotes, como el último de Wall Street tras el anuncio de Trump de estímulos billonarios para el país. Pero la incertidumbre persiste y ante tanta confusión los inversores siguen mirando hacia los tradicionales valores refugio, ¿siguen siendo un paraguas? El dólar, el yen, el franco suizo y el oro con su senda alcista están poniendo la nota de color frente al devastador paso del virus .
Por ahora en lo que a la gestión del patrimonio se refiere, toca ser paciente. Porque serlo, aunque no se lo parezca, tiene premio. Este viene en forma del rendimiento esperado. Partiendo de un hipotético escenario de recuperación a partir de 2021, aún con todo el crecimiento anual medio de la economía se reduciría. Pero su efecto negativo sobre la rentabilidad de las inver-siones quedaría más que compensado. Y es que, tras los desplomes de las últimas semanas, el potencial de subida es tal que el rendimiento esperado final es ahora mayor. Ello refuerza nuestra teoría de mantener las inversiones. Y es que como dice el afamado gestor de fondos Peter Lynch “se ha perdido más dinero intentando prever las correcciones y protegiéndose frente a ellas, que sufriéndolas”.