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Ningún gigante está a salvo
hace 3 años - lunes, 30 de septiembre de 2019Lo vimos hace unos días con el derrumbe de Thomas Cook, uno de los operadores más grandes del mundo, que ha provocado una debacle en el sector turístico ante la atónita mirada de los turistas afectados: casi nueve millones las cancelaciones de vuelos en cerca de 40 países, siendo España el segundo más afectado. Esas son algunas de las cifras de la masacre del turoperador más antiguo del mundo, que facturó 11.000 millones de euros en 2018. ¿Quién podía pensar que acabaría así una gran empresa con más de 170 años de historia a sus espaldas? Y, no es el primer gigante que vemos caer. En España ha habido sonoros batacazos imposibles de olvidar: Rumasa, Banesto o el Banco Popular. Todos ellos han demostrado el hecho de que aquellas compañías más grandes no tienen por qué ser las más solventes o las que mejores perspectivas ofrecen. Por eso quienes invierten en ellas pensando que tienen asegurado su patrimonio contra todo riesgo, no deben llevarse a engaño.
La quiebra de Thomas Cook, al margen de quienes quieren ver en ella un signo más de la confusión provocada por el Brexit, ha dejado su onda expansiva en el sector turístico; en especial en destinos como Canarias o Baleares, los preferidos de ese 15% de turistas británicos que cada año nos visitan. Un impacto en el sector turístico que, si bien tiene su cara amarga en cuanto a la cancelación de vuelos y plazas hoteleras desiertas, es también una ventana a nuevas oportunidades de negocio. Todo es cuestión de intentar ver la botella medio llena. Y es que el lado positivo de una debacle como esta es la vía de entrada que supone para empresas más eficientes y saneadas y que, por tanto, ofrecen mejores garantías tanto al consumidor como al inversor. Es normal que un evento así tenga repercusiones negativas a corto plazo sobre las plazas aéreas, el nivel de ocupación hotelera y hasta en el empleo en el sector, en plena temporada alta en Canarias. Pero lo normal es que al caos y a los daños iniciales le siga la calma y la reordenación de las fichas del tablero, dejando también damnificados por el camino.
Ejemplos como estos vienen a poner en relieve la importancia de llevar a cabo una estrategia diversificada en la gestión de su patrimonio. No apostar todo a la misma carta y dosificar los pesos de sus inversiones le ayudará a contrarrestar la onda expansiva de eventos imprevistos como esta quiebra. Es la metodología que trata de hacer una correcta distribución geográfica y sectorial en las inversiones es la que ponemos en práctica en nuestras carteras modelo; por ejemplo, nuestra Cartera Global Flexible, de cuya evolución damos cuenta puntualmente.