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Sacar a la luz las pérdidas
hace 4 años - lunes, 26 de agosto de 2019Vender con pérdidas equivale para muchos a reconocer que algo se hizo mal o muy mal en el pasado, aunque no necesariamente fuera esto lo que ocurrió; es más una vocecita en nuestro interior nos dice que no vendamos, que esperemos a ver qué pasa. Y no es un sesgo exclusivo de pequeños inversores: el que quizás sea en España el mejor gestor de fondos Francisco García Paramés, tropezó con su inversión estrella en la panificadora suiza Aryzta acumulando alrededor de un 75% de pérdidas para terminar reconociendo que el error cometido fue el elevado montante que en su cartera destinó a la helvética y reduciendo – ojo, sólo parcialmente – el peso que destina a la misma. Sólo el tiempo dirá si mantener la apuesta en Aryzta es o no acertada, pero por el momento el hecho es que la acción ha seguido cayendo.
Pero pongamos las cosas claras. Por un lado, invertir aspirando a obtener un rendimiento mayor al de un inversor con perfil ahorrador que puede obtener entre un 0% y un 1% anual supone asumir riesgo. Unas inversiones darán grandes alegrías y otras se teñirán de rojo por lo que le repetimos incansablemente: todo riesgo debe asumirse sólo, si embrida diversificando entre varias inversiones con un horizonte de largo plazo (vea nuestra cartera Global Flexible pensada para al menos 5 años, pero mejor si son 10 o más). Así, la inversión estará bien o mal hecha no porque algunas inversiones presenten resultados negativos o positivos; sino si el conjunto ofrece, o no, resultados meritorios en el horizonte que se plantea. De hecho, cuando la inversión está muy bien hecha, se busca combinar inversiones que puedan nadar en sentido contrario de forma que, venga como venga la corriente, la barca permanezca a flote. Y cuando usted evalúe cada uno de los elementos de esa inversión deberá observar no lo que haya hecho en el pasado, sino lo que pueda hacer en el futuro. De esta forma, unas merecerán ser vendidas, otras mantenidas y otras incluso aumentadas.
Y, por otro lado, las pérdidas tienen también su cara amable. Es la cara fiscal. Si usted las saca a la luz, ordenando su venta si se trata p.ej. de acciones o un reembolso caso de ser un fondo, podrá reducir su futura factura fiscal en el IRPF compensando ganancias que también saque a la luz en 2019, y hasta un 25% de los rendimientos de capital mobiliario que obtenga (dividendos, cupones, ganancias en la venta de bonos y obligaciones…). Y si superan a las mismas el saldo remanente de pérdidas podrá utilizarlo de igual manera durante 4 años. Así pues, no hay mal que por bien no venga, si sabe cómo aprovecharlo.