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La ceguera del corto plazo
hace 4 años - lunes, 20 de mayo de 2019La explicación está en que los mercados bursátiles suelen ser menos rentables entre mayo y octubre que en los otros seis meses del año. Suele haber nada menos que un 5% de diferencia de media (+3% frente a +8%, respectivamente). Mucho se ha escrito sobre este tema y entre los distintos estudios hay uno que ha llamado nuestra atención: el realizado por Kam Fong Chan y Terry Marsh. El estudio señala no sólo el peor desempeño bursátil en los meses venideros, sino que además la diferencia del rendimiento llega a ser especialmente significativa durante el tercer año de mandato de un presidente norteamericano. Precisamente el punto en el que se encuentra el mandato de Trump. Así, desde 1896, coincidiendo con el tercer mandato de un presidente americano el índice Dow Jones subió casi un 11% de media en los meses de invierno mientras que cayó un 0,1% de promedio en los de verano. Una brecha en el rendimiento que los autores también han observado en otros mercados bursátiles, incluidos los europeos como Francia, Alemania o Reino Unido, entre otros.
La contracción del mercado desde inicios de mes parece ir en esta dirección: desde el 1 de noviembre pasado hasta el 30 de abril el Dow Jones ha subido un 5,9%, mientras que desde el 1 de mayo cae un -2,5%. Al margen de lo curioso de estas cifras, nuestra opinión es que siempre deben cogerse con pinzas, pues no tienen en cuenta entre otras cosas, los dividendos y los gastos añadidos en comisiones que conllevaría una estrategia cortoplacista de vender sus acciones siguiendo criterios estacionales para recomprarlas después. Así lo han confirmado en el pasado los estudios que hemos hecho; que, si bien ponen de manifiesto cierta tendencia a favor de los meses de invierno, no es del todo significativa para dejarse llevar por ella. En cualquier caso, lo que no se puede obviar es que son meses en los que también suele haber un rendimiento positivo; y, por tanto, no desdeñable. Lo lógico, como ocurre con cualquier inversión, es que fluctúe según las circunstancias del mercado.
La clave como siempre le insistimos está en mantener la vista en el largo plazo y no quedarse en los resultados del corto. Y es que no hay rentabilidades permanentes. Un ejemplo de ello es el rendimiento de nuestro Plan de Pensiones Asociado, que en su breve trayectoria acumula en 2019 y a cierre de abril un 11,3% para tropezar un 3% en los quince días siguientes. Una cifra a pesar de ello muy atractiva que no debe hacerle perder la perspectiva del largo plazo, donde estimamos un rendimiento del 6,5% anual medio. En esa línea se pueden situar también nuestras carteras como la Global Flexible, para la que al margen de subidas y bajadas, estimamos un rendimiento en torno al 6% anual medio a largo plazo.