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Más gallinas que cerdos
hace 5 años - martes, 19 de diciembre de 2017
Una fábula que podemos extrapolar al mundo de las empresas y su gobierno corporativo.
Había una vez una gallina emprendedora que quería montar un restaurante en la granja. Como para llevar a cabo su idea necesitaba un socio se dirigió al animal en el que más confiaba, el cerdo. Este inicialmente mostró interés en la propuesta, pero antes de decidirse preguntó a la gallina por el plato estrella del restaurante. “Huevos con jamón”, contestó la gallina. La respuesta le hizo cambiar de parecer y el cerdo se negó a abrir el restaurante con la gallina: “yo estaría comprometido con el negocio pero tú solo estarías involucrada”, fue su argumentación. Parece claro que cerdo y gallina no estarían en la misma posición y que sería el primero quien realmente pondría mucho más de su parte.
En efecto, no es lo mismo involucrarse que estar comprometido. Una fábula que podemos extrapolar al mundo de las empresas y su gobierno corporativo (vea los detalles en este enlace). En este caso fueron muchas las compañías que, al albor de la demandada transparencia entre los años 2012 y 2014 - de la que los reguladores también se hicieron eco -, parecieron involucrarse con todo lo que rodeaba a su gobierno corporativo. Pero muy pocas las que realmente se comprometieron con ello. O lo que es lo mismo, muchas las que se disfrazaron de gallinas y muy pocas las que tomaron el papel del cerdo. ¿La consecuencia? Perdido el brío reformista de los primeros años, la situación no solo se ha estancado sino que incluso parece haber empeorado.
Así lo confirma un informe de la CNMV que pone de manifiesto el aumento en las cotizadas españolas tanto de los blindajes como de las ampliaciones de capital en las que los accionistas se ven despojados del derecho de suscripción preferente que legítimamente les corresponde. Y que apunta en la misma dirección que lo que se desprende de nuestros análisis: el gobierno de las empresas españolas deja bastante que desear, aún hay mucho camino por recorrer y estamos lejos de otros países. Nosotros evaluamos el buen gobierno de las compañías basándonos en un criterio propio que se fundamenta en un conjunto de “mandamientos” que dan como resultado una calificación que va desde 1 (las menos respetuosas) hasta 10 (un ejemplo a seguir), situándose la media de las españolas en apenas 4,7.
Pero ojo, esta falta de respeto al pequeño accionista está patente a todos los niveles y algunos bróker también sacan provecho de esta mala práctica. Nosotros seguiremos haciendo lo posible para que los accionistas, los verdaderos dueños de la empresa, lo sean también en la práctica. No cejaremos en nuestro empeño de ofrecerle en cada caso la mejor de las soluciones. Y no nos olvidamos de desearle un ¡feliz 2018!
En efecto, no es lo mismo involucrarse que estar comprometido. Una fábula que podemos extrapolar al mundo de las empresas y su gobierno corporativo (vea los detalles en este enlace). En este caso fueron muchas las compañías que, al albor de la demandada transparencia entre los años 2012 y 2014 - de la que los reguladores también se hicieron eco -, parecieron involucrarse con todo lo que rodeaba a su gobierno corporativo. Pero muy pocas las que realmente se comprometieron con ello. O lo que es lo mismo, muchas las que se disfrazaron de gallinas y muy pocas las que tomaron el papel del cerdo. ¿La consecuencia? Perdido el brío reformista de los primeros años, la situación no solo se ha estancado sino que incluso parece haber empeorado.
Así lo confirma un informe de la CNMV que pone de manifiesto el aumento en las cotizadas españolas tanto de los blindajes como de las ampliaciones de capital en las que los accionistas se ven despojados del derecho de suscripción preferente que legítimamente les corresponde. Y que apunta en la misma dirección que lo que se desprende de nuestros análisis: el gobierno de las empresas españolas deja bastante que desear, aún hay mucho camino por recorrer y estamos lejos de otros países. Nosotros evaluamos el buen gobierno de las compañías basándonos en un criterio propio que se fundamenta en un conjunto de “mandamientos” que dan como resultado una calificación que va desde 1 (las menos respetuosas) hasta 10 (un ejemplo a seguir), situándose la media de las españolas en apenas 4,7.
Pero ojo, esta falta de respeto al pequeño accionista está patente a todos los niveles y algunos bróker también sacan provecho de esta mala práctica. Nosotros seguiremos haciendo lo posible para que los accionistas, los verdaderos dueños de la empresa, lo sean también en la práctica. No cejaremos en nuestro empeño de ofrecerle en cada caso la mejor de las soluciones. Y no nos olvidamos de desearle un ¡feliz 2018!