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Cataluña, en el ojo del huracán
hace 5 años - lunes, 11 de septiembre de 2017
¿Cómo reacciona la Bolsa al proceso independentista en Cataluña? ¿Hay motivos de preocupación para su dinero?
La naturaleza parece haberse desatado al otro lado del Atlántico y el mundo mantiene la respiración expectante ante un terremoto de magnitudes colosales en México y el avance de una retahíla de huracanes en el Caribe sin precedentes en la historia reciente, tanto por su fuerza como por su número. Fenómenos naturales que no dejan de impactar a la economía y a la postre a los inversores, como hemos visto con los estragos económicos causados por el huracán Harvey hace unas semanas en Texas, que se ha dejado notar en el precio del petróleo, el etileno e incluso en el dólar estadounidense.
En España, sin embargo, son los vientos huracanados del independentismo que soplan desde Cataluña los que han mantenido la atención del Gobierno y del conjunto de los españoles en la última semana. Aunque aún es difícil asignarle con certeza una categoría destructiva al fenómeno, el inversor de a pie puede preguntarse legítimamente cuáles serán las consecuencias potenciales de esta tormenta política sobre la recuperación económica en marcha y el potencial de nuestra economía, sobre la confianza en su futuro y su prima de riesgo y a la postre sobre la renta fija y la Bolsa nacional. Desde OCU inversiones queremos lanzar sin embargo un llamamiento a la serenidad. Por lo que al mercado bursátil se refiere, el desplante del Parlamento catalán ha dejado a la Bolsa prácticamente impasible: en los últimos doce meses gana un apreciable 14,5%.
Una inmunidad que se explica tanto por la creciente internacionalización de las empresas españolas que la integran como por la confianza puesta en las salvaguardas nacionales y europeas para proteger, con la ley en la mano, la integridad de los estados miembros. Aspecto este último que explica asimismo la resistencia demostrada por la prima de riesgo española que, alrededor de los 120 puntos permanece estable y aún muy lejos de los casi 650 alcanzados en la cúspide de la crisis de deuda soberana de mediados de 2012.
Aunque se aprecia una ligera orientación al alza, esta se explica más bien por la caída de los tipos de interés alemanes (la medida tomada como referencia) que por una subida de los españoles. Ninguna razón de peso a nuestro juicio para cambiar nuestra estrategia de inversión global repartida actualmente en 9 mercados de renta fija y de acciones (en el caso de la cartera neutra a 10 años). Una estrategia diversificadora que brilla de manera especial en momentos de gran incertidumbre. El 25% que ocupa España en nuestra cartera repartido entre acciones (5%), obligaciones del Tesoro (15%) y depósitos a plazo (5%) nos parece la combinación ideal para seguir apostando por la buena forma de la economía española limitando los riesgos y manteniendo la flexibilidad necesaria para adaptarse a cualquier cambio del clima nacional que pudiera producirse en el futuro.
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