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Noticias falsas... ¡también financieras!
hace 6 años - lunes, 24 de abril de 2017
¿Cómo protegerse de las noticias falsas e interesadas que pululan por la red?
En los últimos meses, las noticias falsas, es decir, información sesgada a sabiendas o incluso completamente inventada y ampliamente difundida por internet y las redes sociales (Facebook, Twitter…), han estado en el centro de todos los debates y proliferado con motivo de los últimos actos electorales (elección presidencial americana y Brexit principalmente). Pero también afectan a otros campos como el financiero.
Así, hace unos días, la autoridad bursátil americana (SEC) puso en el punto de mira “análisis” de acciones cuyos autores, ocultos detrás de seudónimos, habían sido pagados por compañías para promocionarlas. Estos artículos se publicaron en un sitio reputado al otro lado del Atlántico, el Seeking Alpha, que, haciéndole justicia, colaboró ampliamente para desenmascarar a los impostores. Y este no es más que un ejemplo.
¿Cómo protegerse de ellos? El usuario de productos financieros ha de plantearse en todo momento dos cuestiones en cuanto a la información a la que tiene acceso en internet o en cualquier otro lugar. La primera es “¿Quién es la persona que proporciona esta información? ¿Es objetiva y competente? ” Obviamente, esconderse detrás de un seudónimo no es precisamente una prueba de transparencia. También pueden surgir conflictos de intereses. No es extraño, por ejemplo, que un banco intente vender a sus clientes un producto sin explicarle todos los riesgos. No hay que ir muy atrás en el tiempo para encontrarnos con las tristemente famosas obligaciones preferentes, comercializadas en nuestro país por una amplia mayoría de entidades entre sus clientes sin la debida explicación del elevado riesgo asumido.
Lo que nos conduce a la segunda pregunta a no perder de vista: “ ¿Las ventajas de este producto no son demasiado bonitas para ser ciertas? ”. Desde luego, el consumidor puede intentar cruzar la información para hacerse una idea de su veracidad. Pero las fuentes que puede encontrar, principalmente en internet, no son necesariamente independientes unas de otras. La competencia a la que se enfrenta normalmente los sitios web y la carrera por la inmediatez pueden llevarles a copiar y pegar información o análisis de otros lugares, sin la necesaria comprobación. En nuestra opinión, la solución reside en una mejora del nivel medio, actualmente aún demasiado bajo, del conocimiento financiero de la población. De todas formas, no se trata de un objetivo inalcanzable: la mayoría de las veces, basta con un poco de sentido común.
Por último, el conocimiento y la experiencia siempre tienen un coste. Desconfíe por lo tanto de aquella información o consejo gratuitos. Es probable que quien esté en el origen de la información obtenga una retribución de una manera que no tiene por qué resultar beneficiosa para los intereses del pequeño inversor como usted.
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