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El desafío europeo
hace 7 años - lunes, 5 de septiembre de 2016
El repunte de las bolsas y del euro parecen augurar buenas noticias para la economía zona euro. Vea nuestra opinión al respecto.
Pasados poco más de dos meses desde que el 23 de junio los británicos decidieron abandonar la Unión Europea (UE), las Bolsas del Viejo Continente han digerido el resultado del referéndum sin empacho alguno y han recuperado lo perdido inicialmente por lo inesperado del resultado. Es más, el euro se ha fortalecido y en medio de la negociación del tratado de libre comercio entre EE.UU. y la UE enseñamos músculo sancionando con 13.000 millones de euros al gigante estadounidense Apple (vea el artículo Apple: sancionada por la Comisión Europea), una sanción más que justificada que debería suponer un antes y un después en la impunidad de las grandes corporaciones con sus ingenieras financiero-fiscales.
Ahora bien, la superación de esta mini crisis donde las autoridades – particularmente el BCE y el Banco de Inglaterra – han actuado evitando que la sangre llegara el río no debería hacernos sacar conclusiones apresuradas. Aunque su salida no será efectiva hasta dentro de unos años y tras lo virulento de la campaña las aguas parecen calmarse de forma que el divorcio podría negociarse de mutuo acuerdo, el Brexit supondrá una importante factura en el crecimiento económico. La Unión Europea presenta una salud económica todavía delicada con un crecimiento que, según nuestras estimaciones, podría rondar este año el 1,3% para estabilizarse a partir del año que viene alrededor del 1,6%. Y su salud política, en busca de un nuevo modelo, está lejos de una deseable estabilidad. Es más, nuevos nubarrones amenazan el corto plazo con una nueva crisis política.
Este otoño los italianos deberán pronunciarse en referéndum sobre la reforma del sistema político propuesta por su primer ministro. Según la propuesta de Matteo Renzi, se dotaría al país de una mayor estabilidad política y facilitaría la adopción de nuevas leyes. Una reforma que el mandatario italiano plantea como indispensable de tal manera que ha anunciado su dimisión si no sale adelante. Si los italianos dicen no a la reforma y con ella muestran su rechazo al gobierno Renzi, el estallido de una crisis en Italia – con el endeudamiento público más elevado de la UE, tan solo superado por Grecia, y un sistema financiero muy débil – podría ser la mecha del estallido de una nueva crisis en la zona euro. Los mercados no son inmunes a esta posibilidad y la prima de riesgo italiana se sitúa en el 1,2% asignando un mayor riesgo a la deuda del país transalpino que a la española que ronda “apenas” el 1%. No queremos ser alarmistas, pero tampoco deberíamos dejarnos llevar por la falsa ilusión de que en la zona euro todo va miel sobre hojuelas. Apostar mayoritariamente fuera de la zona euro de forma diversificada como hace nuestra cartera global (con un meritorio +6,4% en los últimos 12 meses) o para aquellos más temerosos dejar algo de liquidez fuera de España con una Livret A p.ej. (vea el artículo La "Livret A" mantendrá al menos 6 meses más el 0,75%), son dos opciones que ponemos a su alcance.
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