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¿Lo que mal empieza...
hace 7 años - lunes, 15 de febrero de 2016
Tras un pésimo mes de enero, muchos piensan que el resto del año será negativo. ¿Tienen base científica los que piensan así?
mal acaba? Los parqués bursátiles han comenzado 2016 con muy mal pie. El mes de enero ha dejado tras de sí un reguero de pérdidas (en euros) más que notable tanto en los mercados desarrollados - las acciones españolas, por ejemplo, cedieron un 6,8% en el mes, las acciones del conjunto de la zona euro un 6%, las británicas un 6,4% o las estadounidenses un 5% - como en las Bolsas emergentes - las acciones chinas caen un 9,6%, las indias un 7,7% y las brasileñas un 6,1% - que se ha traducido en un retroceso del conjunto de acciones mundiales del 5,5%. Tras este paupérrimo arranque de año, muchos se preguntan si el viejo refrán de Wall Street “lo que pasa en enero, pasa el resto del año” no se cumplirá también este año.
Es cierto que echando la vista atrás, de media, sí parece que los años que empiezan mal lo tienen difícil para recuperarse. Algo que por otra parte parece lógico. Si el conjunto de acciones mundiales, por ejemplo, ha ganado de media cerca de un 6% anual en los últimos diez años y empieza el año con tan mal pie, difícilmente va a poder dar la vuelta a la tortilla si el resto del año se comporta de forma normal. Ahora bien, no creemos, ni mucho menos, que este “efecto enero” haya de guiar en modo alguno sus inversiones.
Más bien al contrario. Tratar de perseguir a los mercados es una nefasta estrategia de inversión. En efecto, si se dejara llevar por la histeria bursátil y tratara de evitar periodos de correcciones en los precios, tendría todas las papeletas para acabar vendiendo sus acciones cuando los precios estén baratos, estaría en fuera de juego cuando lleguen los rebotes bursátiles y acabaría comprando cuando los precios estén caros. Terminaría en fin haciendo un pan como unas tortas.
De ahí que nosotros seamos firmes defensores de que usted, una vez tenga entre manos una correcta estrategia global cimentada en una distribución de acciones y obligaciones acorde a sus características como inversor - para ello ponemos a su disposición nuestras nueve carteras globales -, mantenga la calma y confíe en que acabe dando sus frutos. Nuestras carteras modelo están pensadas claro está para ahorradores que son capaces de asumir pérdidas en el corto plazo con el fin de obtener la mayor rentabilidad posible en plazos más largos.
Ahora bien, esto no significa que demos la espalda al día a día. Somos conscientes de que con las caídas recientes el peso real de las acciones en su cartera será inferior al recomendado. ¡No se preocupe! Sabedores de la inestabilidad actual, hace meses que venimos recomendándole prudencia y no precipitarse a la hora de corregir este desfase. Nada cambia por ahora, no realice nuevas compras y deje el ahorro nuevo en liquidez hasta que el incierto panorama actual se aclare.
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