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Decisión histórica
hace 7 años - lunes, 22 de febrero de 2016
¡Nunca es tarde si la dicha es buena! Eso debe pensar el pequeño inversor que acudió a la salida a Bolsa de Bankia.
Por primera vez, una entidad financiera da su brazo a torcer y devuelve de forma generalizada a todos los inversores las cantidades invertidas en uno de sus productos. En efecto, tras una larga lucha, la ruinosa salida a Bolsa de Bankia se ha saldado con un éxito histórico para los inversores afectados. Y es que el caso de esta entidad, resultado de la fusión de 7 cajas de ahorro, había adquirido proporciones de un auténtico escándalo. Con motivo de la salida a Bolsa en 2011, unos 200.000 pequeños inversores acudieron a la Oferta Pública de Venta de acciones (OPV) e invirtieron en la entidad 1.800 millones de euros, unos 9.000 euros de media por accionista. Unos pocos meses más tarde, consternación general: el banco estaba al borde de la quiebra, el director general fue sustituido y los accionistas vieron desaparecer la práctica totalidad de su inversión.
Prácticamente desde el principio quedó patente que la información aportada por la entidad financiera con motivo de la OPV había sido alterada para ocultar de forma deliberada la fragilidad de la salud financiera del banco tras el estallido de la burbuja inmobiliaria que vivió nuestro país. Los accionistas, en general poco duchos en cuestiones financieras y que habían depositado su confianza en su banco, se sintieron engañados. Organizaciones de consumidores – entre ellas la OCU - , bufetes de abogados y pequeños accionistas se movilizaron en defensa de sus legítimos derechos. El Tribunal Supremo creó jurisprudencia a finales de 2014 al reconocer la falsedad de las cuentas y anular la compra de las acciones.
Entre la espada y la pared, Bankia, salvada entretanto por el Estado, no ha tenido más remedio que dar su brazo a torcer y aceptar una salida honorable. Así, la entidad acaba de decidir indemnizar a todos los pequeños accionistas que acudieron a la OPV, incluidos los que ya habían vendido sus acciones, mediante el reembolso integral de su inversión además del pago de intereses (vea el acuerdo que ofrece Bankia).
¿Qué conclusiones podemos extraer de este caso? Aun siendo histórica, la oferta de Bankia nos parece insuficiente, ya que deja fuera del acuerdo a aquellos inversores que compraron en Bolsa acciones del banco después de la OPV y antes de que la entidad “rectificara” sus cuentas. Al margen de los culpables, inmersos en el proceso penal, este acuerdo viene a paliar al menos el entuerto de aquellos inversores que acudieron a la oferta pública de venta de acciones. Algo que desde OCU ya denunciamos incluso desde antes de producirse (vea el artículo OPS de Bankia: ¿qué hacer?) y que sólo ha podido ser resuelto tras una larga lucha en los tribunales, culminada recientemente con dos sentencias del Tribunal Supremo en contra de Bankia. En fin, todo este largo proceso deja un último aviso a navegantes: « ¡El fraude al pequeño inversor ya no goza de total impunidad! ».
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