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Fondos auditados, ¿por quién?
hace 8 años - lunes, 20 de abril de 2015
Auditar un fondo de inversión no sale gratis. ¿Sabe quién lo paga? El partícipe. ¿No debería entonces poder decidir quién se encarga de realizar esta tarea?
En torno a 10 millones de euros. Por ahí podría andar la cantidad que se embolsan cada año las auditoras por revisar y verificar que las cuentas de los fondos de inversión españoles reflejan una imagen fiel de su patrimonio. Un dinero que, en la práctica, se reparte exclusivamente entre las cuatro grandes firmas del sector, las llamadas “big four” (PWC, Deloitte, KPMG y Ernst&Young) que copan el mercado. Y es que la presencia de otras auditoras más pequeñas (BDO, Mazars, Lasemer, GMP), pese a que normalmente resultan más baratas, es prácticamente testimonial. Al parecer, no son del todo bien vistas por la CNMV.
El coste por auditar un fondo, aunque resulta más o menos estable, dependerá de varios factores. Entre ellos, el tamaño del propio fondo, la firma en sí o la oferta con la que cuente la gestora, ya que en la práctica lo habitual es que ésta rubrique un contrato conjunto con una única firma por la auditoría de todos sus fondos. Pero para que se haga una idea, de media, el coste por fondo podría situarse entre los 3.000 y los 4.000 euros. Una cantidad que, no hay que olvidar, saldrá del bolsillo de los partícipes, es decir, del suyo propio, ya que ese importe se detrae diariamente del valor liquidativo del fondo.
Son precisamente los partícipes quienes en nuestra opinión deberían escoger a la auditora de su fondo. Y no solo porque en definitiva son quienes pagan, sino porque de este modo se rompería el pernicioso “statu quo” actual en el que es la propia empresa que ha de ser juzgada la que elije y paga los emolumentos de quien ha de emitir el veredicto. De ahí que hayamos publicado en nuestra homepage una encuesta (vea el artículo “Elija usted mismo la auditora de sus fondos”) en la que usted puede escoger la auditora preferida para sus fondos. Podrá elegir entre cuatro de ellas, entre la más barata o incluso votar por ninguna, de forma que esta función fuese asumida por la propia CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).
Los resultados hasta la fecha no dejan lugar a dudas y muestran a las claras el descontento en torno a las auditoras. No nos extraña, se lo han ganado a pulso en los últimos años. Son mayoría quienes creen que las firmas de auditoría no sirven para nada y que debería ser la propia CNMV quien asumiera esta función. Algo que no nos parece descabellado. A fin de cuentas, este organismo supervisor ya percibe un dinero por las correspondientes tasas de los fondos y, con total seguridad, podría realizar esta tarea con un coste más reducido al que tiene que asumir la industria de fondos en España por la auditoría de los fondos hoy en día. Esperaremos a conocer los resultados definitivos de la encuesta, que por supuesto haremos públicos, pero ¿por qué no escuchar al pequeño inversor?
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