- Sala de prensa
- Depósitos estructurados: nada de mala suerte...
Noticias
Posiciones editoriales
Depósitos estructurados: nada de mala suerte...
hace 9 años - lunes, 14 de abril de 2014
Las entidades financieras deberían pensárselo dos veces antes de aconsejar a sus clientes estos productos estructurados, tan poco rentables en la mayoría de los casos.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha enviado una carta a las entidades financieras haciendo suyas las recomendaciones que realiza el regulador de los mercados financieros europeos (ESMA) en lo que a productos estructurados y pequeños inversores se refiere. Nos congratula ver que la CNMV apunta en la dirección correcta.
Empezando por el propio diseño de los productos, la CNMV recomienda hacer un análisis de lo que se está vendiendo y abstenerse de recomendar e incluso cesar la comercialización de aquellos productos cuyo diseño no responda a los intereses del cliente. ¡La mayoría de ellos, a nuestro entender! Y es que con estos productos estructurados el ahorrador tiene muchas más probabilidades de obtener una pobre rentabilidad – o incluso perder dinero – que de obtener rendimientos superiores a los de la alternativa sin riesgo a dicho plazo (vea el análisis sobre el Depósito Triple Oportunidad). Así pues, si usted contrató en el pasado uno de ellos y la inversión resultó un chasco, no es que tuviera mala suerte sino que en su diseño las probabilidades jugaban en su contra.
Otro punto a destacar es que por fin ya no se echa la culpa a la escasa cultura financiera de los clientes por contratar productos que no entienden – aunque sí se reconoce la dificultad para los ahorradores de entender correctamente los riesgos, costes o rendimientos esperados de esos productos, incluso aunque se respete al pie de la letra la directiva MIFID –. El propio regulador recomienda lo obvio: que los entiendan quienes se encargan de venderlos.
Lamentamos sin embargo que la CNMV se haya limitado a exponer las buenas prácticas sin regular mediante circulares o cambios en su normativa allí donde tenga potestad para ello o al menos proponer los cambios oportunos. El regulador es el único con capacidad de de sancionar los comportamientos indeseables que han llegado incluso a desequilibrar nuestro sistema financiero. Pero hasta que ese deseo se haga realidad nos daremos de bruces con la dura realidad. Seguiremos por ello ojo avizor para protegerles en este y otros temas espinosos.
También puede interesarle: