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Trabas fuera
hace 10 años - jueves, 6 de junio de 2013
En sector como el financiero en el que la operativa es casi totalmente electrónica, la agilidad debería ser una de sus características principales. Sin embargo, cada día constatamos mayores trabas al tráfico entre particulares.
Si existe un sector en el que la operativa es casi totalmente electrónica y debiera caracterizarse por su agilidad para facilitar el tráfico a los particulares y la competencia entre entidades, ese es el financiero. Y sin embargo, cada día constatamos mayores trabas a la competencia y al tráfico. Veamos tres casos de actualidad.
Hace unos meses, la casi totalidad de las entidades que operan en España redujeron al unísono la retribución de sus depósitos argumentando una supuesta normativa limitadora del regulador. El Banco de España desmintió más tarde esa argucia, y nosotros esperamos que la actuación de las entidades merezca una sanción consecuente por parte de la Comisión Nacional de la Competencia.
Segundo caso. Tras la denuncia por algunos de ustedes, hemos comprobado las trabas impuestas por las entidades para el traslado de una cartera de inversiones a otra entidad (vea aquí más detalles). Las elevadas comisiones impuestas hacen que resulte más barato para el titular proceder a la venta de las acciones y comprarlas de nuevo ya desde la nueva entidad con quien prefiere operar. Algo que nos parece absurdo e intolerable. Téngase en cuenta además que la venta – la opción menos onerosa en términos de comisiones – implicaría para el titular tener que tributar ante el Fisco por las ganancias o pérdidas que salgan a la luz en esas transmisiones. Creemos que urge en nuestro sistema financiero una normativa que derribe estas barreras, prohibiendo comisiones y castigos por traslado, e imponiendo plazos máximos de ejecución de las órdenes para evitar retrasos que no tienen justificación.
Tercer caso comprobado y denunciado: los problemas en la transmisión de activos por fallecimiento del titular (vea aquí más detalles). Nos parece intolerable que una entidad, ya con los papeles necesarios en la mano, tarde más de un par de días en proceder el cambio de titularidad en favor de los herederos, con la excusa de “analizar” la documentación. Y peor aún nos parece que la entidad se convierta en fiscalizadora del Impuesto de Sucesiones, impidiendo cualquier cambio de titularidad mortis causa hasta que no vea el impreso sellado de pago del impues-o por parte de los herederos. Instamos de nuevo a las autoridades a regular un procedimiento que facilite la transmisión del patrimonio familiar en caso de herencias, liberando inmediatamente una mayor parte de la herencia para hacer frente a los gastos más urgentes, fijando plazos máximos y eliminando estas barreras. Y por supuesto, que el Impuesto de Sucesiones se pague después de recibir la herencia y no antes. Evidentemente, ayudaría el que las entidades financieras no sean responsables subsidiarios del pago del Impuesto, para evitar retrasos en el traspaso de los bienes de la herencia.
Hace unos meses, la casi totalidad de las entidades que operan en España redujeron al unísono la retribución de sus depósitos argumentando una supuesta normativa limitadora del regulador. El Banco de España desmintió más tarde esa argucia, y nosotros esperamos que la actuación de las entidades merezca una sanción consecuente por parte de la Comisión Nacional de la Competencia.
Segundo caso. Tras la denuncia por algunos de ustedes, hemos comprobado las trabas impuestas por las entidades para el traslado de una cartera de inversiones a otra entidad (vea aquí más detalles). Las elevadas comisiones impuestas hacen que resulte más barato para el titular proceder a la venta de las acciones y comprarlas de nuevo ya desde la nueva entidad con quien prefiere operar. Algo que nos parece absurdo e intolerable. Téngase en cuenta además que la venta – la opción menos onerosa en términos de comisiones – implicaría para el titular tener que tributar ante el Fisco por las ganancias o pérdidas que salgan a la luz en esas transmisiones. Creemos que urge en nuestro sistema financiero una normativa que derribe estas barreras, prohibiendo comisiones y castigos por traslado, e imponiendo plazos máximos de ejecución de las órdenes para evitar retrasos que no tienen justificación.
Tercer caso comprobado y denunciado: los problemas en la transmisión de activos por fallecimiento del titular (vea aquí más detalles). Nos parece intolerable que una entidad, ya con los papeles necesarios en la mano, tarde más de un par de días en proceder el cambio de titularidad en favor de los herederos, con la excusa de “analizar” la documentación. Y peor aún nos parece que la entidad se convierta en fiscalizadora del Impuesto de Sucesiones, impidiendo cualquier cambio de titularidad mortis causa hasta que no vea el impreso sellado de pago del impues-o por parte de los herederos. Instamos de nuevo a las autoridades a regular un procedimiento que facilite la transmisión del patrimonio familiar en caso de herencias, liberando inmediatamente una mayor parte de la herencia para hacer frente a los gastos más urgentes, fijando plazos máximos y eliminando estas barreras. Y por supuesto, que el Impuesto de Sucesiones se pague después de recibir la herencia y no antes. Evidentemente, ayudaría el que las entidades financieras no sean responsables subsidiarios del pago del Impuesto, para evitar retrasos en el traspaso de los bienes de la herencia.