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Rating, bajan las notas
hace 14 años - lunes, 22 de junio de 2009Rating, bajan las notas
Aunque ha pasado más o menos desapercibido, un pequeño temblor ha sacudido la semana pasada a nuestro sistema financiero con la rebaja de calificación crediticia realizada por Moody’s a algunas entidades españolas. Algo que no tendría mayor trascendencia sino fuera porque el recorte ha sido sustancial y pone en evidencia los serios problemas que, a juicio de Moody’s, presenta la solvencia de unas cuantas entidades (vea artículo sobre la Rebaja de calificaciones de solvencia).
Nosotros nos fiamos muy poco de estas agencias de calificación, pero es indudable que las entidades peor calificadas tendrán a partir de ahora mayores problemas para encontrar financiación. En los casos más graves, alguna entidad podría acabar fusionándose con otra más solvente, y en los menos graves, podría recurrir a la captación de fondos para fortalecer su balance bien mediante ampliaciones de capital o a través de las muy peligrosas y poco recomendables participaciones preferentes.
Mientras que las agencias de calificación crediticia y las empresas auditoras sigan viviendo de las entidades a las que supervisan, su papel será más una rémora que una ventaja para el sistema financiero y por ende para el inversor. Y es que nadie muerde la mano que le da de comer: a cambio de unos jugosos honorarios, estas compañías transmiten una imagen de supuesta tranquilidad. Pero tras los sonoros patinazos del pasado su prestigio está en entredicho, al menos a nuestros ojos.
Actualmente sólo nos fiamos de los hechos como la cobertura del Fondo de Garantía de Inversiones, del que por cierto no nos cansaremos de pedir su ampliación para incluir bajo su protección a todos los productos de inversión emitidos por una entidad controlada (p.ej. fondos de inversión, planes de pensiones, seguros de ahorro).
Una mayor transparencia del sector financiero con una contabilidad menos permisiva sería deseable. Igualmente necesaria nos parece la aplicación de ciertos cambios en la normativa actual de auditoras y agencias de calificación, aunque por desgracia difícilmente pasarán de meros juegos florales.