El país del Tío Sam sigue beneficiándose de los incrementos salariales y del pleno empleo. Sin embargo, en el caso de que Trump cumpla a rajatabla su programa electoral, la inflación podría repuntar, con lo que la máxima autoridad monetaria estadounidense podría revisar su política de recortes de tipos. Algo que, en todo caso, no debería impedir que los EE.UU sigan atrayendo el capital extranjero. Con todo ello, creemos que la economía seguirá haciendo gala de dinamismo aunque no con tanta intensidad.
China: pendiente de Trump
La crisis de confianza no parece que vaya a resolverse fácilmente. Afortunadamente, la resistencia de las exportaciones debería permitir al gigante asiático mantener un crecimiento económico próximo al 5% en 2025… siempre y cuando EE. UU. no cierre del todo sus fronteras a los productos chinos, una de las grandes incógnitas de este 2025.
Perspectivas bursátiles
El crecimiento sostenido de los beneficios empresariales y los recortes de tipos seguirán remando a favor de las bolsas.
En un contexto en el que prevemos tan solo una leve pérdida de dinamismo de la economía del Tío Sam, la bolsa estadounidense sigue mereciendo nuestro voto de confianza. A todas luces Trump intensificará las medidas para apoyar la economía (recortes fiscales, energía más barata, desregulación del sector bancario…), el mejor sostén para empresas y hogares. Con un PER de 29 (Price Earning Ratio; veces que su precio recoge los beneficios actuales), creemos que la bolsa estadounidense, aunque pueda parecer cara, se mueve en unos niveles razonables dado el dinamismo de las empresas -y la solidez de sus beneficios- que en ella cotizan. Dinamismo como el de las tecnológicas que, dada su predominancia en la bolsa estadounidense, han sido grandes propulsoras para la misma. En el caso de los valores tecnológicos norteamericanos, su precio recoge 44 veces el beneficio actual. Algo más elevado ya que las previsiones apuntan a un crecimiento significativo de los beneficios en los próximos años y a una continuidad de las rebajas de tipos que remarán a su favor.
En cambio, en la zona euro, en nuestras bolsas los bancos, que siguen generando numerosas dudas, llevan la voz cantante, quedándose las tecnológicas en un segundo plano. Pues bien, si nos atenemos a las previsiones económicas de estos dos grandes bloques, nosotros descartamos que se vaya a producir un rápido tirón alcista de las bolsas europeas. Y aún más si tenemos en cuenta esas medidas proteccionistas proclamadas por Trump, sin duda desfavorables para los exportadores europeos. Aunque buena parte de tales malas noticias ya han sido recogidas por las acciones europeas en su conjunto (cuyos precios apenas recogen 16 veces los beneficios actuales). En todo caso, nosotros preferimos apostar por la gestión activa con acciones individuales como hace nuestro perfil Experto en acciones.
¿Y las obligaciones?
En un escenario internacional cada vez más turbulento en el que las relaciones comerciales muestran su fragilidad, y en el que muchas bolsas rozan máximos históricos, a la hora de invertir, la prudencia es esencial. Y para ello las obligaciones pueden ser un pilar fundamental. Eso sí, en un entorno de tipos descendentes, p.ej. en nuestro país los tipos siguen a la baja y parece que así seguirá siendo, resulta esencial diversificar en otras regiones del mundo. Y una vez más los Estados Unidos acaparan nuestro foco de atención con sus obligaciones gubernamentales y, por el extra de rendimiento que ofrecen, las high yield y corporativas. Vea nuestro análisis Cómo invertir en obligaciones estadounidenses
Ahora queda por saber en qué bolsas y en qué obligaciones diversificar sus ahorros.
Damos respuesta en la segunda parte de este análisis Estrategia 2025: acertada diversificación entre acciones y obligaciones