España: precios, vivienda, deuda
El INE ha confirmado que la
tasa de variación anual del IPC de enero se situó en el 5,9% (frente al 5,8% inicialmente previsto), dos décimas por encima de la registrada en diciembre. Por su parte, la
subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó cinco décimas, hasta el
7,5%. Un mes en el que los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas se dispararon un +15,4% (
vea los detalles en este enlace).
• Ante el encarecimiento de las hipotecas -que conllevan las subidas de tipos oficiales por parte del BCE con el objetivo de frenar la inflación- y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, l
as ventas de viviendas están cayendo. Así, según el INE el número de fincas transmitidas inscritas en los registros de la propiedad en diciembre cayó un-14,2% con respecto a ese mismo mes de 2021. Vea los detalles en nuestra revista especializada
OCU Fincas y Casas.
• Según el Banco de España, en 2022
la deuda pública superó los 1,5 billones de euros, lo que supone un incremento de más de 75.000 millones en apenas un año. Ahora bien, en relación con el PIB la deuda cerró 2022 en el 113% del PIB, dos puntos menos que la previsión del Ejecutivo. En todo caso, el Estado es el que más deuda acumula con 1,3 billones, y llama la atención los más de 106.000 millones de deuda que acumula la Seguridad Social.
• Y si hablamos de deuda pública, en nuestro país las
letras del Tesoro siguen acaparando la atención. Por su parte, los
tipos a largo plazo, los de las obligaciones a 10 años, tendieron levemente al alza durante la semana, aunque la cerraron casi en los mismos niveles (3,47%) que la anterior (3,40%).
Zona euro, Reino Unido, Estados Unidos y Japón
• En la zona euro, la balanza comercial se hundió en 2022 y arrojó un déficit de -314. 700 millones de euros cuando en 2021 fue positiva (+116.400 millones). Las exportaciones aumentaron un +18%, pero las importaciones se dispararon un +37,5%. Esto se explica por la factura de los bienes energéticos importados. Aunque Europa ha podido evitar la escasez de energía, ha tenido que pagar un alto precio para sustituir el gas ruso.
• En el Reino Unido, la inflación siguió desacelerándose en enero, hasta el 10,1% desde el 10,5% de diciembre. No obstante, existen ciertos factores que podrían volver a acentuar las presiones inflacionistas. Entre otros, la escasez de mano de obra que está haciendo subir los salarios. Por tercer mes consecutivo, la tasa de desempleo en diciembre se mantuvo cerca de un mínimo históri-co en el 3,7%. Los empresarios siguen teniendo dificultades para encontrar trabajadores, lo que favorece las subida salariales (+6,7% en diciembre).
• En los EE. UU, la inflación se mantuvo casi estable en enero, en el 6,4% frente al 6,5% de diciembre. De ello se desprende la resis-tencia de los precios a moderar sus ascensos. Y el fuerte aumento de los costes de producción el año pasado seguirá presionando al alza algunos precios. Además, tras haber recortado sus márgenes para limitar la subida de precios y preservar su cuota de mercado, las empresas están haciendo ahora lo contrario. No están repercu-tiendo totalmente la moderación de ciertos costes de producción para intentar restablecer su rentabilidad. De hecho, si pueden hacerlo es porque el consumo de los hogares sigue siendo muy dinámico. Muestra de ello es que en enero las ventas al detalle aumentaron un 3% con respecto al mes anterior (+6,4% anual).
• En Japón, el PIB sólo creció un +0,2% en los tres últimos meses del año pasado.Y en su conjunto 2022 se saldó con un débil crecimiento del +1,1% frente al +2,1% de 2021. El comercio exterior fue el principal lastre para la economía y Japón registró el mayor déficit comercial de su historia. La subida de los precios de las materias primas y la depreciación del yen dispararon las importaciones.
Nuestros consejos
En los EE. UU, el dato de inflación de enero ha sido algo decepcionante para los mercados que esperaban que siguiera tendiendo a la baja. En todo caso, ha servido para recordar que contener el alza de los precios es una batalla a largo plazo. Para ganar esta batalla, la Reserva Federal de EE. UU. tendrá que subir sus tipos oficiales varias veces más y mantenerlos altos durante algún tiempo, aunque esto debilite la actividad económica. Nosotros seguimos confiando en el país del Tío Sam que está presente en todas nuestras estrategias de inversión, ya sea a través de acciones o de obligaciones.