Acciones británicas, omnipresentes en nuestras carteras

¿Vale la pena invertir en las acciones británicas, a pesar del sombrío panorama económico que afronta el Reino Unido?
De aquellos polvos estos lodos
El 23 de enero de 2013 David Cameron ponía sobre la mesa el compromiso de celebrar un referéndum sobre la permanencia en la UE. El resto ya es historia y tres años más tarde una exigua mayoría votaba a favor del divorcio. Una década después de aquel discurso, el Brexit ya es una realidad, pero no se atisba por ningún lado la tierra prometida de la que hablaban los euroescépticos. La economía no carbura, falta mano de obra, los acuerdos comerciales con terceros países no se materializan, las exportaciones al bloque comunitario han caído un 16%, dos terceras partes de los británicos son ya partidarios de celebrar otro referéndum para reconsiderar la decisión y las arduas negociaciones con Bruselas continúan.
Sombrías perspectivas macroeconómicas
En un contexto de pandemia y guerra en Ucrania no se puede culpar ahora al Brexit de todos los males. Pero hay datos irrefutables, como el hecho de que Reino Unido sea el único país del G7 que no ha recuperado el nivel previo a la pandemia. El país se está quedando atrás y no vemos una recuperación inmediata. Así, tras revisar a la baja a finales del pasado año nuestras previsiones, creemos que la economía británica seguirá retrocediendo en 2023 y 2024 (-1% y -0,2%), aumentando así la brecha económica frente a las grandes potencias.
La bolsa británica, a contracorriente
Desde el inicio de 2022 las acciones británicas escalan un 6%, frente a las pérdidas de las bolsas mundiales (-7,9%), la zona euro (-2%) o la de EE.UU. (-10,5%). Este mejor comportamiento respecto al resto de mercados bursátiles nos lleva a ser algo más cautos y a reducir hasta el 5% el peso de las acciones británicas en todas nuestras estrategias globales. De todas formas, a largo plazo seguimos confiando en su buen hacer por varios factores. Para empezar, tras quedar rezagada frente a otras bolsas en la última década, se negocian a buen precio: cotizan a 11 veces el beneficio esperado, por las 17 veces de las bolsas mundiales. También juega a favor ser un mercado escorado hacia la “vieja economía”, ahora con mejores perspectivas: productos básicos de consumo (20%), finanzas (17%), energía y salud (14% cada uno), materias primas e industriales (10% cada uno) copan el índice, dejando a las tecnológicas, más castigadas ahora, un lugar residual (1%). Además, es un mercado poco dependiente de la economía británica: tres cuartas partes de las ganancias del FTSE100 se obtienen en el extranjero.
Nuestra opinión
El buen hacer de la bolsa británica podría...
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