Acciones españolas, interesantes de nuevo

Las acciones españolas vuelven a parecernos interesantes. Vea dónde invertir.
Fuerte retroceso económico
En abril del pasado año, cuando la pandemia mostraba su peor cara, decidimos poner tierra de por medio con las acciones españolas. El horizonte estaba repleto de nubarrones para todos los mercados, pero el español era de los que peor cara mostraba. Y el retroceso de la economía española, del 11% en 2020, atestigua que no nos equivocábamos. Esta caída del PIB es la mayor desde que tenemos datos y casi duplica el retroceso del 6,8% de la economía de la zona euro en su conjunto. El panorama está lejos de parecer despejado, inmerso en plena tercera ola del coronavirus y con un ritmo de vacunación por debajo de lo esperado. Pero hay razones que nos permiten ser algo menos pesimistas.
Rentabilidad esperada, al alza
Si bien todo parece indicar que no será hasta el segundo semestre del año cuando veamos el esperado despegue económico, España podría beneficiarse de una tasa de crecimiento económico superior a la del resto de países de su entorno, de la que sacarían partido las acciones españolas para las que, con la vista puesta en el largo plazo, esperamos una rentabilidad (dividendos incluidos) en torno al 7,5% anual, por encima del 6% que esperamos tanto para las bolsas de la zona euro como para las acciones norteamericanas. Una prima que bien podría empezar a merecer la pena para el inversor.
Mayor castigo a sus espaldas
La peor evolución de la bolsa española en el último año (-14,5%) frente a las de la zona euro (-0,1%) y sobre todo comparada con las bolsas mundiales (+5,8%) podría jugar también a su favor cuando el viento sea más favorable. Sin embargo, los nubarrones aún no se han disipado y aunque ya no somos tan pesimistas, no conviene lanzar las campanas al vuelo. De ahí que la vuelta a las acciones patrias ha de ser gradual y con cautela.
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