Cómo invertir en el sector agrícola

Cómo invertir en el sector agrícola
Estabilidad legendaria
“La tierra nunca pierde su valor”, decían nuestros abuelos. En plena crisis del coronavirus, donde las pérdidas llegaron a ser cuantiosas por doquier (-33% las bolsas mundiales, -5% el mercado mundial de deuda y hasta un -16% el oro), la estabilidad relativa de la inversión inmobiliaria como la tierra se hace más apetecible. Especialmente para inversores de perfil más conservador, que anteponen limitar los altibajos a maximizar las potenciales ganancias. Pero acertar en la inversión no es tarea fácil, como bien nos recuerda la crisis inmobiliaria de hace unos años. Veamos qué inversiones presentan las mejores perspectivas.
Nuestra apuesta: suelo agrícola
El valor del suelo está condicionado por una oferta limitada y una población creciente. Los cerca de 7.800 millones de almas que pueblan el planeta actualmente aumentarán en mil millones en 2030 y llegaremos a 9.800 millones dentro de 30 años. Este crecimiento hará necesario un incremento del 70% en la producción de alimentos. La escasez de zonas de cultivo (climatología extrema, limitaciones sociopolíticas...) obligará a obtener la mayor parte de este incremento a través de mejoras en la productividad. Ese 20% que como mínimo deberían ampliarse las zonas de cultivo empujarán los precios al alza en el largo plazo. Además, uno de los efectos anticipados del Covid-19 será, en nuestra opinión, la relocalización de actividades estratégicas, con mayor importancia de la agricultura nacional. De ahí nuestra preferencia hacia las fincas rústicas, cuyas rentabilidades esperadas son más modestas, pero también más estables que las urbanas, cualidad muy apreciada en estos tiempos.