El valor ha perdido un 8% desde inicios de año. En nuestra opinión, seguirá habiendo mucha incertidumbre en los próximos meses. La acción no está cara, pero esperamos más visibilidad antes de confiar más en sus perspectivas de crecimiento. Así, cambiamos nuestro consejo de mantener a vender.
VENDA.
Mucha incertidumbre para los próximos meses
Aunque suspendida desde hace un mes, la entrada en vigor de los aranceles del 25% sobre las importaciones procedentes de México y Canadá sigue ensombreciendo las perspectivas del sector del automóvil en general y de
Stellantis en particular. El grupo, formado por la fusión de Fiat Chrysler y Peugeot, importa cerca del 40% de sus vehículos vendidos en Estados Unidos (40% de las ventas mundiales) de sus plantas de México y Canadá. Por tanto, se vería duramente afectado por los nuevos aranceles, que podrían reducir su
beneficio operativo en un 15%. Esta guerra comercial se produce en un momento en el que el fabricante se enfrenta a varios retos internos: reducción de existencias, problemas de calidad en algunos modelos, búsqueda de un nuevo director general, etc. Aunque el grupo promete una vuelta a mejor fortuna, gracias sobre todo al lanzamiento de 10 nuevos modelos este año, las ambiciones anunciadas no dejan de ser vagas. Stellantis se contenta con prometer un crecimiento positivo de las ventas de aquí a 2025, acompañado de un
margen operativo de un dígito (frente al 5,5% en 2024 y el 12,8% en 2023) y una vuelta a la
liquidez. No son perspectivas tranquilizadoras, en un contexto de ralentización de los mercados del automóvil en Europa y Estados Unidos, y de delicada transición hacia los vehículos eléctricos. Rebajamos nuestra previsión de beneficio por acción de 2,80 a 2 euros para 2025 y de 3,30 a 2,50 euros para 2026 (desde 3,30 euros).