El despertar de Europa, ¿llega por fin el crecimiento? ¿dónde invertir?

¿Estamos ante una revitalización de la economía europea gracias al mayor gasto en defensa?
¿Estamos ante una revitalización de la economía europea gracias al mayor gasto en defensa?
Que los europeos dependen del poder militar estadounidense para su defensa es una realidad. Los ejércitos europeos están lejos de competir con el estadounidense; un país que gasta casi el doble en defensa que los otros 31 miembros de la OTAN. Esta situación, ya denunciada en el pasado por EE. UU., ha vuelto a ponerse de relieve con el regreso de Trump, quien amenaza con represalias contra los países que no financien adecuadamente sus fuerzas armadas. Unas amenazas que no son meras bravatas, como ha experimentado Ucrania al quedarse temporalmente sin inteligencia militar estadounidense por no plegarse a los designios de Trump.
Por tanto, Europa debe ser capaz de asegurar su propia defensa, incrementando el gasto militar; algo difícil para los países que ya no respetan las normas presupuestarias vigentes en la Unión. De ahí, que la Comisión Europea haya decidido aflojar la camisa de fuerza presupuestaria, que limita los gastos militares y movilizar 800.000 millones de euros.
Además de la inversión comunitaria, paralelamente han surgido iniciativas nacionales para reforzar la seguridad y la resistencia europeas. En el caso de Alemania, Friedrich Merz, su futuro canciller, quiere aumentar, no solo el gasto público en defensa, sino también la inversión en infraestructuras, que estaban descuidadas desde la introducción del freno a la deuda. Un mecanismo, que desde 2016 limita el déficit estructural del presupuesto federal al 0,35% del PIB, y desde 2020 prohíbe cualquier déficit estructural a los Estados federados. Estas estrictas normas permiten a Alemania mantener su deuda pública ligeramente por encima del 60% del PIB. Pero al restringir la inversión, han contribuido al declive económico del país, siendo urgente rectificar esta situación. Un análisis que comparte la clase política.
Aumentar el gasto público tiene un impacto positivo en la actividad económica, si bien los 800.000 millones anunciados no tendrán una influencia duradera en los 17.000 billones de euros anuales que supone el PIB de la Unión Europea. No obstante, si todos los países aumentan sus gastos militares hasta el 2% del PIB fijado por la OTAN, podrían revitalizar eficazmente la economía europea. Claro que, siempre que este gasto beneficie a las empresas europeas y no a los gigantes armamentísticos estadounidenses.
· También es importante la naturaleza del gasto. No es lo mismo destinar ese dinero a salarios de las fuerzas armadas que a invertir en equipos con el desarrollo de la industria, estimulo de gastos en I+D y mejora la productividad de la economía en su conjunto que ello conlleva.
· En Alemania el gasto en infraestructuras es suficiente para estimular la actividad, la productividad y el potencial de la economía. Eso sí, aumentar la producción industrial o multiplicar las obras de ingeniería civil lleva tiempo, con lo que un cambio de orientación presupuestaria sólo podría mejorar la situación a medio plazo.
A las elevadas valoraciones de las tecnológicas y la falta de confianza en la política de Trump, se suma la contraposición europea con el tirón bursátil de empresas como Thyssenkrupp (+147% desde principios de 2025), Leonardo (+77%) o Thales (+73%, incluida en nuestra cartera Experto en acciones); y de sectores dominantes como bancos (+23,7%), operadores de telecomunicaciones (+14,6%), industria (+11,3%) y productos farmacéuticos (+4,2%)..
· Los inversores están yendo hacia Europa y la lluvia de millones que regará la economía de la UE apunta a que sigan haciéndolo. Ello no implica que Europa pueda conseguir un rendimiento superior a los mercados yanquis indefinidamente. Por lo que en caso de un tropiezo más acentuado de los mercados estadounidense sería ocasión para apostar de nuevo por ellos. Por el momento siéntese y disfrute.
En lo que llevamos de 2025 la rotación de la renta variable estadounidense (-7,5%) en favor de la europea (+8%) podría continuar. Nos decantamos por apostar por valores individuales. En concreto hay 5 que nos parecen especialmente atractivos para comprar (los cuatro primeros están presentes en nuestra cartera Experto en acciones):
· Air Liquide (177,52 EUR; +13,1% desde inicios de año), grupo químico francés líder mundial en gases industriales y médicos y servicios relacionados. Apuesta por la transición energética y es proveedor de gases industriales que evitan las impurezas en la fabricación de semiconductores.
· Novartis (99,23 CHF; +11,9% desde inicios de año), grupo farmacéutico suizo especializado en medicamentos de prescripción y centrado en enfermedades cardiovasculares, renales y metabólicas, entre otras, que espera cosechar un sólido resultado en 2025 y para el que elevamos nuestras previsiones.
· Schneider (231,75 EUR; -3,8% desde inicios de año) ofrece soluciones para sistemas eléctricos y cuenta con centros de datos entre sus principales clientes. El aumento de la demanda de la IA nos hace estar positivos sobre las perspectivas del grupo.
· Thales (240 EUR; +73,1%), si un valor se va a ver beneficiado por la lluvia de millones al sector defensa va a ser la francesa Thales. A pesar del tirón aún no está cara.
Puede ver sus fichas y análisis análisis detallados accediendo al comparador de acciones de nuestra web.
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