A estas alturas cualquier estornudo (mal resultado) puede convertirse en un resfriado para la cotización de Ebro, que se ha duplicado en apenas dos años. Es hora de vender.
Tras 3 años de continuo crecimiento, los resultados del primer trimestre se nos han indigestado un poco. La causa está en que el consumidor europeo se muestra reacio a las subidas de precios. Tras el alto precio alcanzado por la acción, ésta se ha puesto ya cara. Preferimos por tanto ser prudentes y recoger beneficios. Venda.
En EE UU la recuperación de la demanda permitió a Ebro trasladar la subida de los precios en origen a los consumidores. Sin embargo, la compañía se topó en Europa con la resistencia de los distribuidores a vender productos más caros (su prioridad es atraer clientes a sus establecimientos con precios módicos en los productos básicos).
La división de pasta sufrió lo suyo (-7% en su beneficio de explotación) por la fuerte subida de los precios de origen del trigo duro (+178%). La división de arroz redujo el beneficio, aunque con menor intensidad (- 4,5%) debido al menor repunte de los precios de origen (+20% en Europa).
Las medidas para enderezar el beneficio neto (-20,2% en el primer trimestre, hasta los 0,21 euros por acción) están ya en marcha desde marzo (subidas de precios en Europa, refuerzo de la publicidad…).
Pero esto no es óbice para que hayamos revisado a la baja nuestras previsiones de beneficio para 2011 de 1,15 a 1,05 euros por acción.
Además, el visto bueno de las autoridades australianas a la oferta de Ebro sobre Sunrice ha disparado, creemos que en exceso, la cotización.
Cotización en el momento del análisis: 17,00 EUR