ING GROEP |
Sector financiero
Bolsa de Amsterdam • 9,173 EUR
Riesgo: 4
Las consecuencias de la crisis financiera
empujan a ING a seguir una estricta cura de adelgazamiento: en los próximos años,
el grupo neerlandés pasará de ser un banco-asegurador mundial a un banco
mediano centrado sobre todo en Europa. Acción correcta e incluida en nuestra
cartera modelo (aunque con un peso apenas del 4%).
Manténgala, si no le asusta el riesgo.
Fin del modelo banco-asegurador
Los bancos alemanes Commerzbank y WestLB ya fueron conminados por la Comisión Europea a reducir sensiblemente sus actividades, tras recibir las ayudas públicas. Ahora le toca el turno a ING, que tendrá que deshacerse de algunas actividades bancarias secundarias, como su filial americana de banca electrónica ING Direct, y sobre todo deshacerse de aquí a finales de 2013 de todas sus actividades aseguradoras (lo que representa cerca del 45% de su balance a 30/9/08).
Que el grupo se vea forzado a abandonar una parte de sus actividades, no supone en realidad ninguna sorpresa. En los últimos meses, ya se habían anunciado varias ventas de diversas actividades en Suiza, EE UU, Australia, Nueva Zelanda, Chile, Taiwán y Canadá.
Pero lo que sí sorprende enormemente es la amplitud de la amputación. Según ciertas fuentes, las actividades aseguradoras valdrían por sí solas entre 12 y 13 mil millones de euros. Nosotros no compartimos la idoneidad de una venta de este calibre en las difíciles condiciones actuales.
Ampliación de capital
Si la junta general así lo aprueba el 25 de noviembre, ING realizará una ampliación de capital en diciembre (con derechos de suscripción preferentes negociables en bolsa) con la que intentará captar 7.500 millones de euros. Una buena parte de esta cantidad (entre 5.593 y 5.951 millones) será utilizada para rembolsar la mitad del dinero recibido del Estado. El resto servirá en gran parte para pagar los gastos adicionales de 1.300 millones de euros exigidos por Europa por la garantía de las autoridades sobre la cartera de préstamos (hipotecarios) tóxicos en EE UU.
El saldo restante será utilizado para reforzar el patrimonio del banco (su ratio de solvencia actual es del 7,6%, un nivel aceptable pero no exagerado). Nos congratulamos de ver cómo ING devuelve lo antes posible la ayuda recibida del Estado. Estas negociaciones con el Estado neerlandés, en virtud de las cuales ING podrá rembolsar la mitad de la ayuda recibida, con un interés reducido, le permitirá a la entidad ahorrarse mucho dinero.
Nosotros estimamos para las nuevas acciones un precio de emisión de unos 8 euros, es decir, cerca de un 30% por debajo del precio de la acción antes del anuncio de la operación.
El número de acciones en circulación aumentará por tanto entre un 45 y un 50%, lo que tendrá desde luego como consecuencia una fuerte dilución del beneficio para el accionista (que en teoría se verá compensada por los derechos de suscripción preferentes).
¿Y a corto plazo?
A pesar del reconocimiento de las numerosas pérdidas de valor en sus inversiones inmobiliarias y en otros títulos, así como por créditos impagados, el grupo ha conseguido, por segundo trimestre consecutivo, obtener un beneficio de 500 millones de euros (0,24 euros por acción), de los cuales 150 corresponden a la actividad bancaria y 350 a la aseguradora. En el segundo trimestre, el beneficio era de 71 millones y en el primer trimestre, la pérdida alcanzaba los 793 millones…
En el cuarto trimestre, es muy probable que el resultado vuelva a los números rojos, tras la contabilización de los 1.300 millones (antes de impuestos) pagados al Estado neerlandés por su apoyo (vea anteriormente). El resultado en el conjunto de 2009 podría también acabar perfectamente en números rojos (nosotros estimamos una pérdida de 0,19 euros por acción).
En los próximos años, queda por ver si, en la situación actual, cuando muchos grupos financieros se deshacen también de ciertas actividades, ING será capaz de encontrar compradores para todo lo que pone a la venta. Habrá que ver asimismo si el resultado de las ventas bastará para rembolsar al Estado los 5.000 millones restantes (más otros gastos añadidos).
Es cierto que no hay ninguna prisa en ello: ING tiene cuatro años ante sí para llevar a cabo su adelgazamiento, cuatro años en los que pueden pasar todavía muchas cosas, entre ellas una mejoría del clima financiero. Pero a corto plazo, indudablemente, la ineludible ampliación de capital y la muy amplia venta de activos serán una fuente de incertidumbre que lastrará la cotización.
Más allá del 2013
Para finales de 2013, ING tendrá que haber terminado su adelgazamiento y a finales de 2014 haber devuelto todas las ayudas recibidas del Estado. ING podrá entonces proseguir su camino como entidad financiera centrada sobre todo en Europa. Una entidad con actividades menos dispersas, más fácil de gestionar y también menos arriesgada.
En circunstancias normales, las actividades bancarias que se quedarán en el seno del grupo deberían poder ofrecer un beneficio anual de 3 a 4 mil millones de euros (de 1 a 1,35 euros por acción, tras la dilución). Estimamos un dividendo bruto “normal” de 0,45 euros.
En esta situación, la acción de ING nos parece aún correcta. Puede mantener esta acción de ING, entidad que ahora resulta mucho más transparente y fidedigna en su gestión que la mayoría del sector financiero.