ARM HOLDINGS
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Semiconductores· Londres
· 668,50 peniques
ARM es una empresa inglesa ubicada en Cambridge. Aunque seguramente este nombre le resultará desconocido, es más que probable que ya haya utilizado objetos que requieren su tecnología. En efecto, ARM está especializada en el diseño de microprocesadores RISC (reduced instrution set computing) que tienen la particularidad de ser a la vez pequeños, potentes y poco voraces respecto al consumo de energía, o sea, todas las cualidades requeridas en la carrera actual hacia la miniaturización de los aparatos electrónicos.
Especializada en el diseño, decíamos, pero no en la fabricación. ARM presenta la particularidad de carecer de fábrica, con todas las ventajas que ello implica. En realidad se trata de una especie de oficina de investigación y desarrollo que vende sus ideas. ¿A quién, se preguntará usted? Pues bien al principio - es decir, en 1985 - a poca gente. Pero actualmente, ARM ha seducido a toda la élite de la industria de semiconductores (INTEL, Texas Instruments, IBM, etc.).
El éxito ha sido tan grande que hoy en día más del 60% de los teléfonos celulares vendidos en el mundo contienen microprocesadores que se inspiran en la arquitectura de ARM que, como es lógico, recibe una comisión por cada aparato vendido. Por otra parte, la fortuna de ARM procede de la industria de los móviles que ahora constituye el 80% de su volumen de negocio. Sin embargo, el crecimiento desenfrenado de esta industria comienza a agotarse, por lo que el futuro de ARM tendrá que pasar imperativamente por otras vías, distintas de los teléfonos móviles. El grupo se ha consagrado a la tarea desarrollando soluciones que se utilizarán con toda probabilidad en distintas aplicaciones como ordenadores de bolsillo, descodificadores, consolas de juegos, tarjetas de memoria, etc. Con la esperanza de repetir, por supuesto, el éxito conseguido en los teléfonos móviles. Conviene, no obstante, hacer hincapié en el hecho de que, aunque resulten prometedoras, no conquistarán nunca el gran mercado de los teléfonos móviles. Además, la competencia en estos segmentos es extremadamente salvaje, con empresas insoslayables como MIPS o Hitachi.
El éxito deberá acontecer si la empresa quiere crecer un 40% al año durante los próximos años y justificar así su elevada valoración en Bolsa, 200 veces superior a los beneficios.
La empresa tiene todo para gustar: socios de prestigio, elevados márgenes, una buena distribución sectorial del volumen de negocio y presencia en mercados rentables. Sin embargo, teniendo en cuenta que se calcula un beneficio de 4,22 peniques por acción en 2002, la acción nos parece demasiado cara a la cotización actual. NO COMPRE.
EVOLUCIÓN DE ARM EN PENCE