Juntarse con otros para invertir en inmuebles

¿Interesa invertir conjuntamente en inmuebles? Vea en qué consiste y sus riesgos.
¿Interesa invertir conjuntamente en inmuebles? Vea en qué consiste y sus riesgos.
La inversión en inmuebles requiere contar con sumas elevadas de dinero. En modo “low cost”, hoy en día podemos encontrar inmuebles muy rebajados provenientes de entidades financieras, como viviendas por 40.000 euros. Pero esos precios corresponden en general a localizaciones alejadas de grandes ciudades y de barrios céntricos, donde el alquiler suele tener menor demanda y la revalorización no está nada asegurada a medio plazo. También es posible adquirir plazas de garaje por menos de 10.000 euros.
Pero si pretende invertir en un inmueble que tenga buenas posibilidades de ser alquilado con continuidad, y del que pueda esperarse de forma razonable su revalorización – aunque sólo sea al compás de la inflación –difícilmente lo logrará por un desembolso inferior a 80.000 euros, a lo que hay que sumar todos los gastos. Y si busca zonas con mucha demanda de alquiler, los precios de compra se multiplican.Seguimos sin recomendar de forma decidida la inversión en bolsa en los sectores constructor e inmobiliario que, de hecho, han quedado reducidos en nuestro parqué a su mínima expresión. Las pocas empresas sobrevivientes son dependientes de la disponibilidad de obra pública, de concesiones y servicios públicos, y de otros negocios en el extranjero.
• En 2015 surgieron con fuerza las SOCIMI, unas sociedades con beneficios fiscales que basan su negocio en el alquiler de inmuebles comprados a bajo precio. Como el interés de la inversión a corto y medio plazo depende de la normativa fiscal, la actual incertidumbre política en España ha penalizado la evolución de las Socimi que cotizan en bolsa, como Merlín, cuya cotización ha bajado un 15% en los cinco primeros meses de 2016.
La compra de aprovechamientos por turnos de viviendas vacacionales, de moda hace unos años, se ha revelado como un pésimo negocio para los adquirentes y ha sido objeto de innumerables demandas judiciales por abusos en la contratación.
• Desde hace dos años han salido al mercado varias plataformas digitales que ofrecen la compra conjunta de inmuebles concretos para inversores que quieran participar con la cantidad que deseen. Nada que ver con las plataformas multipropiedad de antaño en donde se compraba el uso por una o dos semanas al año. Ahora, con otros protagonistas, se ofrece una participación en la propiedad total del inmueble. Es lo que se publicita como crowdfunding inmobiliario.
Desde hace unos meses y acompañada de una gran campaña publicitaria, la web www.housers.es ofrece invertir en inmuebles a partir de 100 euros por inversor.
• A comienzos de mayo p.ej. su propuesta consistía en un proyecto en fase de inversión para la compra de dos viviendas en el barrio de Ciudad Jardín, en Madrid. Una ya lista para alquilar, y la otra necesitada de una reforma ya presupuestada en el proyecto. La “oportunidad” se justifica porque la compra se hace con descuento frente al precio de mercado, y el alquiler previsto ofrece una rentabilidad anual bruta esti-mada en el 6,4%.
Además, prevén que la venta de los inmuebles cinco años después se realice con una ganancia superior al 40% respecto de la inversión inicial. En sus cálculos incluyen la compra, gastos e impuestos, la reforma y unos gastos de constitución de la sociedad que agrupará a todos los inversores. El comprador debería beneficiarse del rendimiento mensual del alquiler, más la revalorización esperada de los inmuebles tras la venta. Housers cobra una comisión por los beneficios (10%), si los hay.
• Según nuestros sondeos, los precios de compra y alquiler utilizados por Housers en sus cálculos están dentro de los valores de mercado actuales. Pero cobrar efectivamente esos alquileres con continuidad no es algo dado. Y, sobre todo, la revalorización esperada nos parece poco probable.
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