La inversión a través de plataformas de inversión colectiva entraña riesgos que deben ser previamente valorados.
¿De qué se trata?
Las plataformas de crowdfunding ponen directamente en contacto a emprendedores con pequeños inversores a través de internet. Los primeros publican sus proyectos y las condiciones de la inversión, y los inversores, de acuerdo a la información disponible, eligen si quieren participar en un proyecto concreto y la cuantía qué están dispuestos a invertir en el mismo. Una vez que se reúne la cantidad necesaria para poner en marcha el proyecto, la plataforma cobra el dinero a los inversores, se queda una comisión y el resto lo entrega al empresario para que lo lleve a cabo.
Un caso de éxito que terminó en fracaso
En 2014, la web de noticias y contenidos Newsmonkey recaudó la cantidad de 275.000 euros a través de la plataforma de crowdfunding MyMicroInvest. El dinero fue entregado por más de 1.500 pequeños inversores, que a cambio recibieron acciones de la compañía, de 10 euros de valor nominal cada una. El proyecto no salió mal, de modo que en mayo los inversores mayoritarios pudieron vender sus acciones a 11 euros, ganando así un 10%.
· Según las cláusulas de este proyecto, si los accionistas mayoritarios vendían sus acciones, los pequeños inversores tendrían que vender las suyas al mismo precio y en las mismas condiciones, por lo que los pequeños inversores en principio ganaron también un 10%. Pero sólo en principio, porque tras pagar la comisión del 12% a MyMicroInvest en realidad terminaron perdiendo un ¡3,2%! de la cantidad que invirtieron en 2014.
También le puede interesar: