En la Audiencia Nacional ha empezado el juicio contra el administrador y la directora de Forex Gestión, un "chiringuito financiero" que en Dinero Quince desenmascaramos allá por 1996. A éstos, que decían ser expertos en el mercado internacional de divisas, se les acusa de haber estafado 2,5 millones de euros a sus clientes. El fiscal solicita para ellos 4 años de cárcel.
Unos viejos conocidos de OCU
Hace ya tiempo, en mayo del 96, en Dinero Quince (nº89) desenmascaramos las prácticas perjudiciales para el inversor de este chiringuito financiero, poniendo sobreaviso a todos nuestros socios acerca de las mismas. Tal advertencia nos costó una querella por difamación por parte de Forex, proceso del cual finalmente fuimos declarados inocentes. Pero, pese a nuestras reiteradas advertencias (tanto en nuestra edición impresa como en nuestra página de Internet www.dinero15.com) y aún habiéndoles impuesto la CNMV una sanción de 1,4 millones de euros en 2000, Forex siguió operando una temporada durante la cual logró que varios incautos más cayeran en sus redes.
Un chiringuito como la copa de un pino
Según consta en la acusación (y tal y como nosotros comprobamos en el test práctico que realizamos allá por el 96), Forex utilizaba el típico proceder de los "chiringuitos financieros". Tras captar la atención del potencial cliente mediante los anuncios publicados en los principales periódicos económicos, Forex se empleaba a fondo mediante una insistente campaña personal (enviaba un lujoso folleto, reiteradas llamadas de teléfono…) para animarle a invertir en el mercado internacional de divisas. Mercado en el que prometían jugosos beneficios en un corto plazo de tiempo sin excesivos riesgos, ya que aseguraban utilizar un sistema especulativo con límite de pérdidas. Al principio -sobre el papel al menos- las primeras operaciones resultaban ser un completo éxito. Más tarde, y sin abonar a sus clientes los beneficios, les ofrecían otras operaciones a los que éstos acababan accediendo. Pero cuando el cliente se cansaba de esperar el resultado de estas segundas operaciones, terminaba llamando a Forex para enterarse de que éstas habían fracasado y el dinero se había volatilizado.
Por supuesto Forex era un "chiringuito" que no estaba registrado ni controlado por ningún organismo supervisor (dadas las operaciones que decía realizar debía estar registrado en la CNMV), por lo que ni contaba con fondos propios para hacer frente a los quebrantos ocasionados, ni contribuía a fondo de garantía alguno que indemnizara (al menos parcialmente hasta 20.000 euros) a los inversores.