Tendencias de futuro como la inteligencia artificial pueden merecer una apuesta.
Publicado el 09 septiembre 2024
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Tendencias de futuro como la inteligencia artificial pueden merecer una apuesta.
El entramado montado en torno a la inteligencia artificial sigue en pie y girando como si de un tiovivo se tratara. Se lo contamos en nuestra postura editorial semanal.
En busca de señales sobre el futuro de la IA
El miércoles 28 de agosto varias docenas de personas se reunieron en un bar de Manhattan para seguir en directo la presentación de resultados de Nvidia, como si de la final de un gran evento deportivo se tratara; suponemos con el ánimo de celebrar una gran victoria. Una anécdota que pone de relieve el enorme interés que despierta todo lo que rodea a la compañía punta de lanza de la inteligencia artificial (IA), que se ha convertido en referente para las cotizaciones de las tecnológicas. Y es que Nvidia es la pieza angular de un engranaje que funciona como un reloj. Sus grandes clientes: Microsoft, Meta, Amazon y Alphabet, están invirtiendo ingentes cantidades de dinero para ser punteros en una inteligencia artificial que promete elevadas ganancias y de la que nadie quiere quedarse descolgado. Los resultados de Nvidia responden con crecimientos de órdago, su cotización sigue subiendo; inyectando así una nueva dosis de optimismo en el sector tecnológico, lo que empuja a las cotizaciones de los gigantes tecnológicos que la alimentan.
No es de extrañar, por tanto, que se miren con lupa los resultados de Nvidia en busca de señales, que permitan aventurar la salud de la IA… y del ánimo del sector tecnológico. Y los recién conocidos llevan a pensar que sigue en plena forma. Las ventas se dispararon un 122% y el beneficio por acción un 152%. La acción, en cambio, ha reaccionado con caídas, llegando a protagonizar apenas unos días más tarde la mayor caída de la historia en un solo día de una empresa estadounidense: 252.000 millones de dólares volatilizados el 3 de septiembre. ¿La razón? Vértigo y cabeza. Tras subir alrededor de un 140% en el último año y multiplicar su valor por más de 25 veces en el último lustro, las expectativas que descuentan lo que se paga por ella son cada vez más difíciles de creer; y en la presentación de resultados no ha podido justificarlas. Y es que, su crecimiento es muy dependiente de que los gigantes tecnológicos sigan comprando sus equipos a este ritmo desenfrenado; algo que tampoco parece sostenible a largo plazo, si las inversiones ya realizadas no empiezan a dar sus frutos palpables en los resultados de los próximos trimestres, algo que también está por ver.
Por el momento, todo el entramado montado en torno a la IA sigue en pie y como si de un tiovivo se tratara, la música sigue sonando y este, dando vueltas para deleite de los que están en él montados. Pero las valoraciones de muchas de las compañías implicadas invitan a la cautela; y, especialmente, si se enciende alguna luz roja como la reducción de inversiones de alguno de los grandes, lo que daría motivos al resto para bajar también su ritmo. Y no digamos ya si nos acercamos al escenario de los más escépticos y el furor por la IA se acaba demostrando exagerado sin que llegue a traducirse en una sólida demanda de aplicaciones rentables. La caída de Nvidia en los últimos días pudiera servir de aviso. Invierta con precaución y siempre de forma diversificada.