Los jóvenes acumulan menos riqueza, según muestra la Encuesta Financieras de las Familias del BdE.
Publicado el 27 mayo 2024
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Los jóvenes acumulan menos riqueza, según muestra la Encuesta Financieras de las Familias del BdE.
¿Invertiría igual si anduviese apurado por llegar a fin de mes que si gozase de una situación financiera holgada? Exponemos qué implica esto desde el punto de vista inversor en nuestro editorial.
Riqueza de los españoles
La respuesta al interrogante planteado no parece necesaria. Mientras en el primer caso imaginamos que la inversión ni tan siquiera se le pasaría por la cabeza, en el segundo, tendría margen para picotear en algunos productos, o mejor aún, para trazarse una estrategia inversora. Contar con mayor o menor poder adquisitivo es una variable que afecta directamente a las inversiones que uno pueda acometer. Y es algo que se evidencia de alguna forma en la última Encuesta Financiera de las Familias de 2022, publicada por el Banco de España. En la encuesta, realizada a 6.385 hogares con la colaboración del INE y la Agencia Tributaria, el organismo advierte de que los jóvenes cuentan con menor capacidad para acumular riqueza y que ello puede dejarlos en una situación más vulnerable ante futuras perturbaciones económicas. Y es que, mientras la riqueza de los españoles aumentó un 3,7% entre 2020 y 2022, en este colectivo se dio una caída del 26%: la riqueza de aquellos con un cabeza de familia menor de 35 años era de 27.000 euros en 2020, mientras en 2022 pasó a ser de 20.000. Por el contrario, los colectivos mayores de 55 años atesoran más riqueza que en 2020.
Que el patrimonio vaya aumentando con la edad es una tendencia en cierto modo natural. Pero que los jóvenes vayan perdiendo poder adquisitivo no parece muy positivo. Desde OCU nos inquieta que los consumidores no tengan capacidad inversora a futuro y más cuando este horizonte por edad es más extenso en el tiempo. Otra cosa es la forma de invertir que tienen unos y otros. Por “naturaleza” los jóvenes son más tendentes a jugársela en inversiones arriesgadas con la esperanza de sacar un mayor rédito posible del poco dinero que atesoran en el menor tiempo posible. Mientras que los seniores sopesan más sus decisiones y prefieren invertir ese mayor patrimonio siguiendo una estrategia a un plazo temporal más amplio. Claro, que otra cosa es que sepa invertir a largo plazo. Aspecto en el que precisamente incidía hace poco el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, en el Foro CREO de Cinco Días al afirmar que: “la forma en la que invertimos nuestros ahorros los españoles y los europeos es mejorable, en la medida en que nos falta una visión del largo plazo”. Señalaba que una enorme proporción de los ahorros está en depósitos (35-40%), algo que no paran de reflejar las estadísticas, mientras la deuda y las acciones cotizadas solo representa el 7,5% en las carteras de los hogares de la zona euro. Y esto se traslada también a los activos de los fondos, donde la representación de las acciones no llega al 30%.
El nivel de riqueza de unos grupos y otros influye en su capacidad inversora, como decíamos. Y en cuanto a la falta de conocimiento financiero – situación que intentamos revertir con nuestros consejos –, también es un obstáculo de cara a contar con inversores que sepan sacar jugo a su patrimonio.