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Vuelven las opas

Ante una situación geopolítica candente, muchos inversores se preguntan si merece la pena reducir el riesgo de sus carteras y cómo hacerlo.

El interés por las acciones sigue patente.

Publicado el  28 marzo 2022
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Ante una situación geopolítica candente, muchos inversores se preguntan si merece la pena reducir el riesgo de sus carteras y cómo hacerlo.

El interés por las acciones sigue patente.

Tras el batacazo al comienzo de la guerra en Ucrania los parqués han emprendido la recuperación. El interés por las acciones sigue patente; signo de ello son las opas, que han ido apareciendo recientemente.

Tiempo de opas

Mientras la guerra continúa al este de Europa los mercados de valores parecen decididos a correr un tupido velo cuanto antes y en su mayoría están alcanzando niveles más altos a los previos a la invasión. Los parqués han emprendido la recuperación. El índice mundial ha subido casi un 6%, impulsado por las acciones estadounidenses que han escalado más de un 9% desde la víspera de la invasión rusa; mientras, el de la zona euro apenas ha caído un 2%. El interés por las acciones es patente. Así lo muestran también, por ejemplo, la proliferación de opas (oferta pública de adquisición) en los últimos tiempos: Zardoya-Otis, Mediaset España, Metrovacesa, por citar algunos ejemplos en el ámbito nacional. Un signo de que igual las bolsas no están caras y de que por muchas que se sean las turbulencias y las perspectivas de crecimiento económico hayan empeorado debido a la guerra ruso-ucraniana, las acciones son el refugio más cercano frente a la inflación galopante y el temor a que el alza de tipos de interés castigue el valor de las obligaciones en cartera.

En el caso concreto de las opas, estas ofertas ponen de manifiesto un hecho muy claro. Y es que, aunque quien se decide a lanzar una oferta de compra debe pagar un precio mayor a lo que están cotizando dichas acciones en Bolsa, sin embargo, lo está haciendo porque considera que, incluso pagando ese precio, lo que pretende comprar está barato. Sea cual sea el precio lo que estamos viendo como una constante en la retahíla de operaciones de este tipo es que los precios ofrecidos no son precisamente una maravilla. Pero ahí quien tiene algo que decir es el accionista. Y es que recibir la oferta no obliga a aceptarla, dado que se trata de ofertas voluntarias. Por tanto, está en la mano del accionista elegir la opción que más convenga a sus intereses y que no tiene porqué ser la de aceptar lo que le propongan. Con lo que ante una oferta mediocre siempre está la opción de rechazarla. En algunos casos elegir este camino le habrá reportado jugosas ganancias. Bien lo recordarán aquellos accionistas de Naturgy que el año pasado, siguiendo nuestro consejo rechazasen la oferta del grupo australiano IFM sobre la española. Y que un par de meses después de la finalización de la opa la acción se había revalorizado un 15,5%, momento en el que tras acumular ganancias del 41% en el año, ya sí le aconsejamos recoger las mieles cosechadas.

En definitiva, sea cual sea el panorama económico no creemos que por ello se desluzca la inversión en acciones. Claro que, a la hora de detectar las oportunidades será preciso, como siempre, el análisis para dar con las más interesantes. Y también saber se paciente, por ejemplo, en el caso de las opas. En este tipo de ofertas, a veces, lo más conveniente a sus intereses es esperar a ver cómo evoluciona el precio de la acción. Porque a veces en esa espera la situación se da la vuelta y la opción que parecía más desfavorable pasa a ser la ganadora.