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A vueltas con los tipos
hace un año - lunes, 24 de enero de 2022
Como lleva un tiempo ocurriendo con la inflación, la subida de tipos de interés está en boca de todos. Si bien el BCE no parece proclive a tomar este camino por ahora, con los precios al alza la Fed americana se inclina por subirlos hasta tres veces en este año: quedarían en la banda del 0,75% y 1%.
Consecuencias de la subida de tipos
La subida encarecería el crédito en Estados Unidos y las consecuencias no tardarían en llegar al resto del mundo. Un mercado que se vería afectado, por ejemplo, sería el de deuda, pues tal subida presionaría al alza los tipos de los bonos y obligaciones, y con ello la caída de sus precios. Pero que no cunda el pánico. Los bancos centrales están muy presentes en los mercados de deuda y tomarían cartas en el asunto ante un repentino deterioro de las condiciones de financiación.
Donde ya está pesando la futura subida de los tipos de interés a largo plazo en los Estados Unidos es sobre algunas acciones. En concreto en los llamados de crecimiento; aquellos, cuyos resultados (ventas, beneficios) llevan varios años creciendo con fuerza como es el caso de Amazon, Netflix, ASML, Melexis, Microsoft. La corrección de estos valores comenzó a mediados de diciembre en Estados Unidos, cuando la Fed anunció su hoja de ruta de subidas en tipos. Así, desde el 15 de diciembre, el índice de valores de crecimiento (S&P 500/Citigroup Growth), que incluye los principales valores tecnológicos ha perdido un 10,7%, mientras que el índice de empresas “value” (S&P 500/ Citigroup Value), ha subido un 4,8%. Y es que las acciones de crecimiento son muy sensibles a los tipos de interés. El aumento de estos tiene un mayor impacto en su precio que en el de las “empresas value”. Esto es porque la valoración de una acción, su precio, se basa en gran medida en los beneficios esperados. Al actualizar estas ganancias, se obtiene su valor hoy. Por ejemplo, con un tipo de interés del 1% unos ingresos previstos de 100 euros valen hoy, 99,01 euros (=100/1,01). Y unos ingresos previstos de 100 euros de dentro de dos años valen hoy unos 98,03 euros (= 100/1,01²). Si el tipo de interés aumentase, por ejemplo, del 1% al 2%, estos ingresos futuros valdrían aún menos: 98,04 y 96,12 euros, respectivamente. Así, cuanto mayor sea el tipo de interés, menor será el valor actual de los beneficios futuros. Y por ende menos inversores estarán dispuestos a pagar un mayor precio por esas acciones. Ello explica que sean los valores de crecimiento como los tecnológicos – muchos de ellos con fuertes pérdidas y cuyos beneficios se esperan en los próximos años – los que más sufren la subida de tipos, aunque haya otros muchos factores que influyan en la configuración del precio de una acción.
Todo este planteamiento simplemente debe llevarnos a ser selectivos en las inversiones, a diversificar nuestras apuestas, pero sin dejar de lado las oportunidades que se abren con estas últimas caídas de precios en algunas acciones.