- Sala de prensa
- Boda BBVA-Sabadell: cuestión de supervivencia
Boda BBVA-Sabadell: cuestión de supervivencia
hace 2 años - lunes, 23 de noviembre de 2020Unos ya son añejos como el exceso de oficinas y costes, que pasaron bastante desapercibidos cuando los tipos permitían mantener márgenes de intermediación holgados, pero que se han vuelto insufribles cuando los tipos han caído a cero; y otros, sobrevenidos con la crisis del COVID como el aumento de la morosidad. Si hace poco eran Bankia y CaixaBank, ahora son otros dos grandes, BBVA y Banco Sabadell, los que andan en conversaciones para fusionar su negocio.
A priori el aumento de la concentración puede llevar a pensar que desde el punto de vista de los clientes bancarios es una mala noticia por suponer un menoscabo en la competencia. En la práctica, sin embargo, apenas se notará. Y es que dejando a un lado algunos productos que no tienen por qué desaparecer, la oferta de ambas entidades no destaca precisamente por ser la más conveniente para sus clientes. A estos clientes – y a sus accionistas- les proponemos cambiar su enfoque y pensar que la fusión está más motivada por cuestiones de supervivencia que de ánimo de lucro. Y es que si el sector bancario español copa el pódium de algún ranking bancario de la Unión Europea es el de las peores ratios de capital, es decir, cuenta de forma conjunta con la menor cantidad de fondos con los que hacer frente a posibles imprevistos en relación con los riesgos que asume. Este problema está desde hace tiempo en el punto de mira de las autoridades bancarias europeas e instan a resolverlo. Bien con nuevas inyecciones de capital captadas entre los inversores, algo que mucho nos tememos no estén por la labor; bien con un severo programa de recorte de gastos que permita aumentar las reservas vía beneficios no distribuidos, para lo cual una fusión como esta en la que unas 1.000 oficinas pueden ser redundantes y más de 5.000 trabajadores están en edad de prejubilarse es la excusa perfecta.
La alternativa, ante un mayor deterioro de la situación, podría ser un susto como el del Popular con una compra in extremis tras recibir de la Autoridad bancaria el certificado de defunción, o aún peor, el cierre sin comprador. No es cuestión de ser alarmista, y por los datos oficiales ni Sabadell ni BBVA se encuentran siquiera cerca de una situación como la del Popular. Pero lo malo que tiene el sector bancario es que no es todo lo transparente que sería conveniente, y lo malo que traen las crisis económicas, como en la que andamos enfrascados, es que los pequeños deterioros en lugar de cubrirse van aumentando y urge tomar decisiones que frenen el deterioro.
Nosotros se lo llevamos diciendo desde hace tiempo, el sector bancario español no debiera estar en su cartera por más que noticias como estas puedan hacer rebotar, a veces fugazmente, sus cotizaciones.