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Tiempos de alto voltaje
hace 3 años - lunes, 16 de marzo de 2020
Y tanto se empeñó, que al fin lo logró. El Covid-19 dio el salto de epidemia a pandemia, demostrando su capacidad destructiva.
La ficción de la pantalla, que describía en 2011 la película “Contagio”, se ha adueñado de nuestra vida cotidiana, – confinándonos en nuestras casas por el estado de alarma decretado por el Gobierno –; provocando el caos sanitario y el Covid-crash, como ya le llaman, en los parqués. Las Bolsas han proseguido su particular debacle – el Ibex 35 llegó a protagonizar la mayor caída de su historia – con jornadas de infarto no aptas para todos los inversores. La guinda la puso el desplome del precio del petróleo; si bien la amenaza de este bichito invisible, con el que por ahora estamos obligados a convivir, se basta por sí sola para poner al rojo vivo los mercados. Y es que el virus no entiende de fronteras, con lo que no hay estrategia inmune a sus devastadores efectos (vea cómo ha salpicado a nuestra Cartera Global Flexible y al Metavalor Global).
Estamos ante una situación excepcional, que como tal requiere medidas extraordinarias. Lo hemos visto estos días con los cierres temporales de Wall Street, el recorte de tipos del Banco de Inglaterra, las medidas de BCE, las de Ejecutivo español; y hasta una segunda rebaja de tipos de la Fed en menos de quince días. No sabemos qué ocurrirá, pero hasta ahora la tónica ha sido la huida de los inversores, dejando la volatilidad por las nubes. La propia CNMV, en un intento de limitarla y poner coto a la especulación, prohibió las ventas en corto durante la sesión del pasado viernes 13.
Toda esta evasión de la renta variable nos hace preguntarnos una vez más, si el perfil que elige cada inversor es el adecuado. Cisnes negros como este virus ya los hemos vivido: la crisis del 29, el lunes negro del 87, la burbuja de las puntocom del 2000 o la crisis de 2008. Invertir en acciones lleva implícito estar dispuesto a soportar altibajos, incluso los provocados por acontecimientos extraordinarios como este. Porque no hay que olvidar, a pesar de las caídas, que las acciones son la inversión que a cambio de mayor riesgo pueden reportar también un mayor rendimiento. Claro que mientras uno capea el temporal es difícil soportar la incertidumbre, y lo entendemos. Ahora bien, no creemos que momentos críticos como este sean los idóneos para reconsiderar su perfil de inversor. Todo lo contrario, lo aconsejable es esperar a que se normalice la situación.
En cualquier caso, ante las jornadas de alto voltaje que seguramente aún nos aguarden, la solución pasa por realizar una buena selección de inversiones y valores. Esos cuya solidez hagan brillar su patrimonio en el largo plazo; perspectiva que pondrá en su sitio las pérdidas sufridas ahora. Mantenga la calma y permanezca atento a las oportunidades que puedan estar fraguándose. Por nuestra parte, #NosQuedamosEnCasa, eso sí, ofreciéndole los mejores consejos para su patrimonio diariamente en nuestra web, en OCU Inversiones semanal y en nuestra revista mensual.