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Atrapados "en concurso"
hace 3 años - lunes, 3 de febrero de 2020
Que una empresa cotizada entre en concurso de acreedores es una malísima noticia para sus accionistas.
Si además es solicitado por la empresa de forma voluntaria, es un golpe bajo a los minoritarios lanzado desde su Consejo de Administración. Y es que suelen enterarse del mismo una vez se preguntan por qué sus acciones han dejado de cotizar. Es lo que acaba de ocurrirle a los accionistas de Corporación Empresarial de Materiales de Construcción (Coemac, antigua Uralita).
El concurso está pensado para dar una solución a sus acreedores que, al amparo de la administración concursal, tratarán de alcanzar un acuerdo que suele conllevar quitas (perdón de parte de la deuda) y esperas (retardos en su pago). Pero sus accionistas no se van de rositas, ni mucho menos. Ya se pueden olvidar de cobrar dividendo y dado que la presentación de concurso conlleva la automática suspensión de negociación bursátil, no podrán vender sus acciones a no ser que encuentren un comprador fuera del parqué. “Atrapados” durante el periodo que dure la negociación del concurso, no les queda más opción que armarse de paciencia y esperar que se alcance cuanto antes el ansiado convenio entre las partes; un asunto que por experiencias pasadas puede demorarse entre dos o tres años. Con suerte, si se evita la liquidación de la sociedad, al cabo de dicho plazo sus acciones volverán a cotizar, pero ya sin esperanzas de alcanzar un valor que evite las pérdidas.
La declaración concursal de Coemac nos sirve para recordarle nuevamente que antes de invertir en Bolsa el inversor debe saber dónde se mete. La situación financiera de las empresas en las que depositará sus apuestas no es una cuestión que deba pasar por alto; pues le dará una idea del riesgo que está asumiendo. En este aspecto para las accio-nes de nuestra selección se lo ponemos fácil. Cuando a nuestros ojos la situación es de alta tensión y el riesgo se pone al rojo vivo, como hicimos con Coemac, otorgamos un 5 a la empresa; el nivel más alto de nuestra escala.
Por lo general en el conjunto de acciones que encontrará en OCU Inversiones pocas son las que alcanzan la calificación de máximo riesgo (sólo cerca de un 6%). Unas acciones de las que deberá alejarse, si aprecia mantener su patrimonio. En cuanto a las de riesgo 4, sólo son adecuadas para aquellos que quieran añadir algo de picante a una cartera ya diversificada y estén dispuestos a soportar un alto voltaje. Así, lo habitual es que el grueso de nuestros socios tenga en su cartera acciones con un riesgo inferior a 4. En cualquier caso, y volviendo al reciente concurso de Coemac, confiamos en que entre los atrapados no se encuentre ni uno solo de nuestros socios y lectores. Y es que nuestro consejo de venta para esta acción se remonta a comienzos de 2015. Sea como fuere, siempre es bueno recordar que la inversión en bolsa nunca debe hacerse sin ton ni son.
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