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Dejar tiempo al tiempo
hace 4 años - lunes, 2 de septiembre de 2019Nuestra respuesta es siempre la misma: el momento idóneo para acometer una determinada inversión no existe. Lo que debe hacer cada inversor no es quedarse mirando la partida hasta que repartan mejores cartas, sino elegir de la forma más inteligente posible – de acuerdo a su perfil –, entre las cartas que en cada momento están sobre la mesa.
Hay quien defiende por ahí, que sí, que hay que tener en cuenta el “timing”, es decir, adivinar el mejor momento para comprar o vender una determinada inversión. Sin embargo, no son pocos los estudios académicos a los que sumaríamos nuestra experiencia al respecto, para concluir que cuando se trata de ver crecer una inversión hay que lanzarse al ruedo lo antes posible y hacerlo siempre planteándose un horizonte a largo plazo, de al menos cinco o diez años, ya que no se puede prever lo que hará en el corto. No hay nada como darle tiempo al tiempo para que usted vea los resultados de sus actuaciones con respecto a su patrimonio. No obstante, comprendemos que muchos inversores se sientan tentados de dejarse llevar por los titulares de los medios y, en función de ellos, tomar las decisiones para incrementar o deshacer sus posiciones. Craso error, estar afuera le protegerá de las caídas, pero también le alejará de las subidas, de forma que al final es más fácil que jugar al timing conlleve un impacto negativo en su rendimiento a largo plazo. Y es que la mayoría de movimientos, al alza o a la baja en el mercado de valores, se concentran en los periodos cortos. Estadísticamente el 90% de la rentabilidad del mercado bursátil se obtiene por movimientos que ocurren sólo en el 10% de días hábiles. Por tanto, alejarse temporalmente de los mercados, le traerá el riesgo añadido de perderse los buenos rendimientos.
Es por eso, que insistimos en que dar tiempo al tiempo es más importante que dar con el momento. Y esto hay ocurrido siempre, aunque se hiciera de forma pasiva. En los últimos 90 años haber seguido una estrategia equilibrada (mitad acciones, mitad renta fija) no habría tenido ni un solo periodo de 20 años de resultados negativos. Olvídese del timing, hasta los gestores que buscaban esta sincronización con el mercado no lograron determinar cuándo es el buen momento para hacerlo y terminaron cerrando sus fondos de inversión. Si esto lo trasladamos al inversor promedio, las probabilidades de que este tenga éxito siguiendo este sistema son aún menores. En definitiva, vigile sus inversiones, pero tenga siempre presente el horizonte del largo plazo para no caer en la trampa de acciones puntuales.