- Sala de prensa
- Malas decisiones
Noticias
Posiciones editoriales
Malas decisiones
hace 4 años - martes, 19 de marzo de 2019
Comprar caro y vender barato. El peor de los escenarios posibles para cualquier inversor y, sin embargo, el que más se repite. ¿Por qué? Los detalles en nuestro Editorial.
Comprar caro y vender barato. El peor de los escenarios posibles para cualquier inversor y, sin embargo, el que más se repite. ¿Por qué? Lamentablemente, el pequeño inversor es presa fácil del cortoplacismo, las rentabilidades pasadas y las emociones. Malos compañeros de viaje cuando de tomar decisiones de inversión se refiere. Por lo general, estas vie-nen muy condicionadas por el comportamiento de los mercados, provocando un “efecto manada” que puede asestar un duro golpe a la rentabilidad final. Y el resultado es que en esa búsqueda por dar con el mejor momento de entrada o de salida, lo que finalmente acaban consiguiendo es justamente lo contrario, hacer un pan como unas tortas.
Los partícipes de fondos compran caro y venden barato
Así lo demuestran numerosos estudios que resaltan el fracaso de las estrategias de “market timing”. El último al que hemos tenido acceso pone el foco en las diferencias de rentabilidades obtenidas por los partícipes mientras su patrimonio ha estado dentro del fondo frente a lo obtenido por esos fondos en cuestión. El resultado es bastante revelador: a 10 años vista, los partícipes obtenían una rentabilidad casi un 2% inferior. En otras palabras, el partícipe tiende a comprar después de que un fondo haya subido y a vender después de caer, perdiéndose así los posibles rebotes posteriores.
Una situación que encaja perfectamente con lo acaecido con los fondos españoles en los últimos meses. Tras el desplome de los mercados bursátiles de finales de 2018 y las noticias que evidencian un empeoramiento del contexto macro, los partícipes se han apresurado a sacar el dinero de sus fondos de acciones. Las suscripciones netas negativas (suscripciones menos reembolsos) en los últimos tres meses de los fondos de acciones, con salidas récord en los meses de diciembre y, sobre todo, en febrero, así lo acreditan. Si la desinversión responde a cambios en el perfil de riesgo del inversor, bienvenidos sean. Pero en general no es así, y muchos de ellos lo que se han perdido es buena parte de las subidas bursátiles de 2019.
Grábeselo a fuego: adivinar el mejor momento de entrada o de salida para el inversor es prácticamente imposible. No hay bola de cristal que valga y resulta inútil tratar de prever a corto plazo cómo evolucionarán los mercados. Nosotros lo tenemos claro y así se lo hemos hecho saber en numerosas ocasiones. Somos conscientes de la existencia de efectos estacionales, pero no jugamos con ellos. Si su horizonte de inversión es el largo plazo, el momento de invertir pasa a un segundo plano. “Ahora” siempre es el mejor momento. Lo importante es que la estrategia se adecue a su perfil y la combinación de las inversiones presenten un binomio rentabilidad-riesgo interesante. Nuestra cartera de referencia es un buen ejemplo de ello.
Los partícipes de fondos compran caro y venden barato
Así lo demuestran numerosos estudios que resaltan el fracaso de las estrategias de “market timing”. El último al que hemos tenido acceso pone el foco en las diferencias de rentabilidades obtenidas por los partícipes mientras su patrimonio ha estado dentro del fondo frente a lo obtenido por esos fondos en cuestión. El resultado es bastante revelador: a 10 años vista, los partícipes obtenían una rentabilidad casi un 2% inferior. En otras palabras, el partícipe tiende a comprar después de que un fondo haya subido y a vender después de caer, perdiéndose así los posibles rebotes posteriores.
Una situación que encaja perfectamente con lo acaecido con los fondos españoles en los últimos meses. Tras el desplome de los mercados bursátiles de finales de 2018 y las noticias que evidencian un empeoramiento del contexto macro, los partícipes se han apresurado a sacar el dinero de sus fondos de acciones. Las suscripciones netas negativas (suscripciones menos reembolsos) en los últimos tres meses de los fondos de acciones, con salidas récord en los meses de diciembre y, sobre todo, en febrero, así lo acreditan. Si la desinversión responde a cambios en el perfil de riesgo del inversor, bienvenidos sean. Pero en general no es así, y muchos de ellos lo que se han perdido es buena parte de las subidas bursátiles de 2019.
Grábeselo a fuego: adivinar el mejor momento de entrada o de salida para el inversor es prácticamente imposible. No hay bola de cristal que valga y resulta inútil tratar de prever a corto plazo cómo evolucionarán los mercados. Nosotros lo tenemos claro y así se lo hemos hecho saber en numerosas ocasiones. Somos conscientes de la existencia de efectos estacionales, pero no jugamos con ellos. Si su horizonte de inversión es el largo plazo, el momento de invertir pasa a un segundo plano. “Ahora” siempre es el mejor momento. Lo importante es que la estrategia se adecue a su perfil y la combinación de las inversiones presenten un binomio rentabilidad-riesgo interesante. Nuestra cartera de referencia es un buen ejemplo de ello.