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Lío en Renault
hace 4 años - lunes, 26 de noviembre de 2018De ser ciertos los cargos que el acusado niega tajantemente, habría cometido un doble delito: por un lado, ante sus accionistas a los que habría esquilmado sin decoro alguno, y por otro, ante el fisco, por lo que podríamos decir que ha caído como Al Capone por no pagar sus impuestos. Se baraja ampliar la investigación a los ejercicios siguientes, y añadirle otros cargos como los de haber firmado contratos ficticios a familiares o la apropiación indebida de bienes de la empresa, lo cual ha llevado al ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, a anunciar una completa auditoría interna en la compañía.
La detención presenta múltiples interrogantes. El primero de ellos es cómo, de ser ciertos estos cargos y llevar una vida opulenta a los ojos de todo el mundo – con su culmen en una fastuosa fiesta en Versalles en 2016 con motivo de su segundo matrimonio –, ni los comités internos de supervisión ni la compañía externa auditora se dieron cuenta de nada. Una pregunta a la que tampoco hemos tenido respuesta en anteriores escándalos, y que dice muy poco de la calidad del gobierno corporativo de las grandes empresas y de la utilidad real de las compañías auditoras.
El segundo, y que puede tener más miga, es cómo queda ahora su relación con Nissan. El gol que en su día les metieron los franceses al firmar un acuerdo, que era más una toma de control que una alianza al quedarse con el 43% de la compañía japonesa frente al 15% que pueden poseer los japoneses de la francesa, funciona desde el punto de vista operativo, pero se tambalea desde hace tiempo desde el punto de vista político. Para colmo de males nipones, Nissan no tiene poder sobre Renault al impedir la normativa francesa el ejercicio de los votos de una filial – los de los accionistas de Nissan en este caso en Renault – en la que la matriz posea más del 40%, mientras que en Japón para que esta prohibición entre en vigor debería poseer Nissan más del 25% de Renault. Una relación, a todas luces, desigual.
No son pocos los que ven la mano japonesa en las acusaciones a Carlos Goshn, y la búsqueda de una excusa para romper el equilibrio de poderes fijado en el pacto, de forma que pudiesen comprar ese 10% adicional de Renault que deshabilitara el poder de voto en la japonesa dejándoles las manos libres. Con una visión de largo plazo Renault se encuentra correctamente valorada a nuestros ojos, pero sólo el valor del paquete que posee Renault en Nissan vale cerca del 80% de la capitalización de la francesa, por lo que no carece de atractivo y además no descartamos operaciones corporativas que puedan calentar el valor de la francesa; razón por la que tomamos medidas en nuestra cartera Experto en acciones.