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Inversiones ¿alternativas?
hace 5 años - lunes, 2 de julio de 2018
El desarrollo de internet está camiándolo todo... también en el mundo financiero. Vea nuestra postura editorial.
Que el mundo está cambiando continuamente es obvio. Lo que llama la atención, sin embargo, es la velocidad vertiginosa a la que lo está haciendo de un tiempo a esta parte. Mucho tiene que ver con ello el desarrollo de internet, que ha logrado revolucionar en un periodo de sólo 25 años todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Han surgido nuevos términos como consumo colaborativo o prosumidor, en este caso para referirse la persona que, gracias sobre todo al desarrollo de la tecnología, de repente puede saltarse un buen número de intermediarios y producir e intercambiar bienes y servicios en competencia directa con la industria establecida sin necesidad de realizar grandes inversiones iniciales. Personas de a pie pueden ofrecen alquilares vacacionales y entrar en competencia directa con la poderosa industria hotelera, pueden ofrecer coches para compartir y poner en jaque al sector del taxi o vender artesanía a nivel global, e incluso ya, en algunos lugares, ofrecer y verter a la red el excedente de energía renovable producida.
A la industria financiera tradicional tampoco le faltan motivos de preocupación. Cuando parecía que el sector se había adaptado a la competencia por internet, comienzan a surgir, al margen de la industria establecida, innovaciones como el crowdfunding o el crowdlending, que atacan prácticamente al corazón de la actividad bancaria: la financiación y el préstamo. Plataformas especializadas permiten a un particular o pequeña empresa pedir financiación a través de internet para un proyecto concreto, solicitando al gran público pequeñas aportaciones a cambio de una recompensa o participación accionarial en la compañía. También existen los préstamos participativos (crowd-lending), que permiten a pequeños prestamistas obtener un interés al plazo de devolución pactado. Estas plataformas han venido para quedarse y están llamadas a jugar un papel importante en el futuro de la industria financiera.
Nosotros no estamos en absoluto en contra de estas plataformas de inversión colectiva, aunque debemos advertir que no están exentas de problemas. A la falta de liquidez que afecta en general a la inversión en este tipo de proyectos se añade el elevadísimo riesgo que comportan. En general, las empresas que deben recurrir a estas vías de financiación lo hacen porque no cuentan con un mínimo nivel de solvencia que les abra la puerta a la financiación tradicional. De hecho, en el poco tiempo transcurrido desde su aparición no han sido pocos los proyectos fallidos en los que los inversores han perdido todo su dinero, al no haber en este mercado tampoco fondo de garantía alguno que cubra las inversiones. Por el bien de su bolsillo, antes de lanzarse a invertir en este tipo de proyectos le conviene informarse muy bien y por supuesto no dedicarles el dinero que no pueda permitirse perder.
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