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A río revuelto...
hace 3 años - lunes, 4 de junio de 2018
Ante las incertidumbres actuales no creemos que sea el momento de abandonar la Bolsa, sino más bien de aprovechar cualquier traspiés que se pueda producir.
La semana pasada la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mejoró sus pronósticos de crecimiento para la economía española. Frente a la previsión anterior del 2,3% en 2018 y el 2,1% en 2019, ahora estima un crecimiento del 2,8% y al 2,4% respectivamente. No creemos que la OCDE esté pecando de un excesivo optimismo – sus nuevas previsiones son ligeramente superiores a las nuestras –, teniendo en cuenta que la actividad económica española creció un 0,7% en el primer trimestre y un 3% en los últimos doce meses, sensiblemente por encima del crecimiento medio en la zona euro. Este crecimiento “robusto y equilibrado”, en palabras de dicho organismo, “permitirá reducir el paro por debajo del 14% en 2019”.
Sin embargo, a pesar de estos favorables datos económicos y perspectivas de crecimiento, que también son halagüeñas a nuestros ojos, no han impedido que en las últimas semanas resurjan los temores entre los inversores. A las bolsas no les suelen gustar ni las sorpresas ni la incer-tidumbre, y no esperaban un repentino cambio de gobierno en España, de lo que se deduce que podemos enfrentarnos a una etapa de alta volatilidad. A ello se sumará la delicada situación política que vive Italia, más difícil si cabe que la española, pues en nuestro país no ha calado por el momento entre los votantes – y esperemos que siga siendo así –el discur-so euroescéptico. El mercado de deuda pública no nos preocupa en exceso, pues el Banco Central Europeo es quien al fin y al cabo, guarda todos los ases en la manga y, parafraseando a su Presidente, hará “todo lo necesario” para evitar una subida excesiva de las primas de riesgo o de los intereses de la deuda que pongan en riesgo el proyecto del euro. No nos sorprende por tanto que, a pesar del aumento de la incertidumbre, esta semana las primas de riesgo española e italiana se hayan reducido ligeramente.
De todas las inversiones posibles, quizá sean los inmuebles urbanos los más expuestos ahora a cambios legislativos, y teniendo en cuenta sus valoraciones en general elevadas no le recomendaríamos ahora mismo especular con su compra. Pero respecto a las acciones la situación no nos parece demasiado preocupante. La Bolsa española está correctamente valorada a nuestros ojos y creemos que la buena marcha económica seguirá favoreciendo el crecimiento de los beneficios empresariales. No vemos por tanto motivos para cambiar nuestros consejos. Es cierto que la volatilidad podría aumentar en los próximos meses, pero quienes inviertan de forma diversificada con la vista puesta en el largo plazo y no se asusten fácilmente con estos altibajos bursátiles tienen buenas posibilidades de pescar ganancias en río revuelto, siempre y cuando tengan la caña preparada. En esta tesitura, la liquidez puede valer su peso en oro.
Puede seguirnos en Facebook.
www.facebook.com/OCUinversiones
Sin embargo, a pesar de estos favorables datos económicos y perspectivas de crecimiento, que también son halagüeñas a nuestros ojos, no han impedido que en las últimas semanas resurjan los temores entre los inversores. A las bolsas no les suelen gustar ni las sorpresas ni la incer-tidumbre, y no esperaban un repentino cambio de gobierno en España, de lo que se deduce que podemos enfrentarnos a una etapa de alta volatilidad. A ello se sumará la delicada situación política que vive Italia, más difícil si cabe que la española, pues en nuestro país no ha calado por el momento entre los votantes – y esperemos que siga siendo así –el discur-so euroescéptico. El mercado de deuda pública no nos preocupa en exceso, pues el Banco Central Europeo es quien al fin y al cabo, guarda todos los ases en la manga y, parafraseando a su Presidente, hará “todo lo necesario” para evitar una subida excesiva de las primas de riesgo o de los intereses de la deuda que pongan en riesgo el proyecto del euro. No nos sorprende por tanto que, a pesar del aumento de la incertidumbre, esta semana las primas de riesgo española e italiana se hayan reducido ligeramente.
De todas las inversiones posibles, quizá sean los inmuebles urbanos los más expuestos ahora a cambios legislativos, y teniendo en cuenta sus valoraciones en general elevadas no le recomendaríamos ahora mismo especular con su compra. Pero respecto a las acciones la situación no nos parece demasiado preocupante. La Bolsa española está correctamente valorada a nuestros ojos y creemos que la buena marcha económica seguirá favoreciendo el crecimiento de los beneficios empresariales. No vemos por tanto motivos para cambiar nuestros consejos. Es cierto que la volatilidad podría aumentar en los próximos meses, pero quienes inviertan de forma diversificada con la vista puesta en el largo plazo y no se asusten fácilmente con estos altibajos bursátiles tienen buenas posibilidades de pescar ganancias en río revuelto, siempre y cuando tengan la caña preparada. En esta tesitura, la liquidez puede valer su peso en oro.
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