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Postura editorial: si es un lío, no suele convenir
hace 5 años - lunes, 18 de diciembre de 2017Se necesita ser un verdadero experto para entender el sistema de comisiones de los intermediarios financieros. Si ante los paupérrimos rendimientos ofrecidos por la renta fija intentara usted sacar el máximo provecho a sus ahorros invirtiendo en acciones o ETF, deberá hacer frente a una larga lista de comisiones que afearán el rendimiento.
Vaya por delante que nosotros estamos a favor de la libertad de establecimiento de comisiones. Pero siempre y cuando estas estén claras de antemano, lo cual no es ya tan evidente desde que hace unos años el regulador permitió que se pudieran cobrar por servicios no incluidos en el libro de tarifas.
Junto a las habituales comisiones de compraventa, que suelen consistir en un porcentaje de cada operación incluyendo un mínimo por cada transacción, que a la vez puede variar dependiendo el número de cada bolsa y de las operaciones que se hagan en un periodo de tiempo, no le sorprenda encontrar otras por el cobro de dividendos o la suscripción de acciones en ampliaciones de capital. Sin olvidar las comisiones de custodia y que nuevamente según el bróker pueden ser cantidades fijas o variables en función de una serie de factores como el número de operaciones que realice en cada mercado donde opere.
Todo este embrollo de comisiones no añade confianza al sistema ni facilita al pequeño inversor introducirse en el mundo de la inversión. La falta de claridad y trasparencia una constante en el mercado de la intermediación bursátil. El regulador debería agarrar el toro por los cuernos. Bastaría con aprobar normas que obliguen a simplificar y aclarar la estructura de comisiones, además de favorecer la competencia para que los intermediarios mejoren la profesionalidad y se abaraten los precios.
Pero dado que un bróker puede ser barato a la hora de cobrar comisiones de compraventa, pero carísimo por ejemplo en las comisiones de custodia, al pequeño inversor no le quedará otra que estudiar toda esta estructura, comparando la letra pequeña de los contratos de cada una de las entidades, o si no confiar en un asesor independiente que le aconseje cómo sobrevivir en esta jungla. Ese es precisamente uno de nuestros cometidos.
Por un lado, le informamos de los trucos que le permiten ahorrar lo máximo posible en comisiones. Por otro lado, negociando un convenio, el servicio Bolsa de OCU, con unas tarifas competitivas y que trata de ser lo más trasparente posible. Y para que no tenga dudas, ponemos a su disposición en esta web el dossier “elegir intermediario” para saber cuál es el que más le conviene en función de su perfil y operativa.
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