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Postura editorial: las trampas del lenguaje
hace 5 años - lunes, 11 de diciembre de 2017Hay ciertas palabras o frases hechas a las que con frecuencia recurren los asesores de las entidades financieras que usted, por el bien de su propio bolsillo, haría bien en conocer antes de lanzarse al ruedo de la bolsa. Una de estas frases hechas que le deberían hacer desconfiar son las del tipo “lo mejor que puede hacer un inversor en estos momentos es…”. Este tipo de consejo chirría porque lo mejor para un inversor no tiene por qué ser lo mejor para otro. De hecho, lo normal es que no lo sea. ¿Acaso factores como el perfil de cada inversor, el plazo de su inversión o la distribución de cada cartera no son importantes?
Otras frases desafortunadas tienen que ver con los plazos. Si por ejemplo su intermediario, con cara de circunstancias, le dijera que “tiene usted que reaccionar inmediatamente…”, una luz de alerta debería iluminársele, ya que las prisas no suelen ser buenas consejeras. La bolsa tiene tendencia a exagerar, lo cual es una consecuencia lógica del hecho de que nadie quiere ser el último en comprar si la noticia es buena o el último en vender si la cosa se tuerce.
Una noticia juzgada como negativa puede provocar una acumulación de órdenes de venta sin contrapartida. Si el castigo es exagerado la acción no tardará en rebotar recuperando parte del terreno perdido. Ahora bien, para cuando le llegue a usted la información con el consejo urgente de vender, lo normal es que todos los inversores profesionales ya se le hayan adelantado. Si usted vende entonces se perderá el rebote posterior de la cotización.
La precipitación es un error frecuente en el mundo de la bolsa. Mantener la sangre fría en pleno vendaval no es fácil, especialmente para aquellos inversores de corte más defensivo o con menos experiencia. Por suerte para usted, tendrá menos posibilidades de caer en este error si sigue nuestros consejos y a la hora de invertir en acciones lo hace en base a la valoración de cada compañía teniendo en cuenta la corriente de beneficios esperada en el largo plazo, algo que no suele cambiar de la noche a la mañana.
Aunque ha habido multas por parte de la CNMV por conflictos de interés en la comercialización de productos financieros, no creemos que en general este tipo de frases o consejos desafortunados se ofrezcan de forma malintencionada. Con frecuencia los propios asesores no disponen de las herramientas o de la formación adecuada. En cualquier caso, en este vasto océano que representa el mundo de las inversiones abundan los tiburones, y es conveniente actuar siempre con precaución y sensatez. Busque un consejo independiente y diversifique sus inversiones con la vista puesta en el largo plazo. Su bolsillo se lo agradecerá.
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