No son las especies más fuertes las que sobreviven, tampoco las más inteligentes. Son aquellas que más capacidad tienen para adaptarse al cambio”. La frase es del naturalista inglés Charles Robert Darwin, quien en su obra “El origen de las especies”, publicada en 1859, plasmó la idea de la evolución biológica a través de la selección natural. Darwin llegó a tal conclusión observando la naturaleza en los viajes que pudo hacer alrededor del mundo trabajando como naturalista en barcos de la marina inglesa. Estos viajes le permitieron constatar la adaptación evolutiva de las especies a las condiciones específicas de cada entorno natural.
El mundo empresarial no es tan diferente del reino animal como se pueda llegar a pensar. La competencia es feroz y la supervivencia de las compañías no está ni mucho menos garantizada. Al igual que en la teoría de Darwin, no son las empresas más fuertes las que sobreviven, sino las que logran adaptarse a las nuevas circunstancias. Por poner un ejemplo, en el año 2000, hace sólo 17 años, uno de cada cuatro teléfonos móviles que se vendían en el mundo era de la marca finlandesa Nokia, compañía que con sus 189.000 millones de euros de capitalización bursátil era la más valiosa de Europa. Por aquél entonces Apple se dedicaba a la venta de ordenadores y no valía en bolsa ni la décima parte de la finlandesa. Cuando en 2007 Steve Jobs se sacó de la manga el primer móvil con pantalla táctil, el Iphone 3, Nokia no supo reaccionar. Hoy en día Apple (mantener) vale unos 770.000 millones de euros y Nokia hace ya tiempo que fue engullida por Microsoft a precio de saldo.
En China se acaba de celebrar el día del soltero, y el 24 de este mes será el viernes negro (Black Friday). Si no está a la última no se preocupe, no se trata de un crash bursátil. Es el día en el que se venden por internet productos electrónicos a precios supuestamente rebajados y las compañías tecnológicas como Alibaba o Amazon hacen su agosto.
Precisamente en este boletín, en la pág. 3, analizamos el sector de la distribución, el cual se encuentra revuelto ante el desafío que supone la incursión de Amazon en él, que recuerda, salvando las distancias, a cuando Apple irrumpió en la telefonía móvil o la llegada de un león al zoológico. Las compañías de la distribución alimentaria, ¿sabrán adaptarse rápidamente a los cambios o alguna se terminará convirtiendo en comida?
Para usted como inversor todo esto no significa que deba apuntarse siempre a la última moda, pero tampoco debería uno aferrarse a aquello que ya no funciona. Distinguir si un cambio será permanente o sólo una moda pasajera a veces no es tan fácil. Para no equivocarse, lo mejor es mantener el sentido común, guiándose siempre por unos principios básicos como son la prudencia y la diversificación.