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¿Hacia un aumento de tipos?
hace 5 años - martes, 31 de octubre de 2017
Varias veces se ha producido en los últimos años un curioso fenómeno, consistente en un encarecimiento sincronizado de los precios de las acciones y de la renta fija. Las inyecciones de liquidez que los grandes bancos centrales llevan años acometiendo con el fin de estimular el crecimiento económico han terminado provocando una sobre abundancia de dinero en los mercados, no sólo bursátiles sino también en los de deuda. El final de octubre marca probablemente el comienzo de la vuelta a la normalidad. Es cierto que varios factores han contribuido a esos nuevos récords que se han anotado las principales bolsas mundiales: la esperada bajada de impuestos en los EE.UU., la continuación de los estímulos del BCE (Banco Central Europeo) durante al menos nueve meses más e incluso la reelección en Japón de Shinzo Abe.
Esta vez, sin embargo, el mercado de deuda no se ha unido a la fiesta. Los tipos de interés de las obligaciones estadounidenses a 10 años siguen subiendo y rondan ya el 2,4%. En la zona euro, a pesar de la continuación de las compras del BCE, las tipos no han vuelto a los mínimos registrados al comienzo del verano. Buena parte de la culpa de ello la tienen los EE.UU. La subida del precio oficial del dinero por parte del banco central estadounidense y la reducción de su balance, no renovando a vencimiento parte de la deuda en cartera, por sí solos justifican el ajuste al alza de tipos de interés estadounidenses. Pero es que además Washington está negociando una reducción de impuestos que tendrá el efecto de estimular aún más un mercado de trabajo y una economía que ya está funcionando a toda velocidad, y que al mismo tiempo favorecerá un aumento del déficit presupuestario y de la deuda del país. La evolución al alza de los tipos estadounidenses no le puede sorprender a nadie, por tanto.
Mientras, en la zona euro, el BCE seguirá comprando deuda durante al menos nueve meses más de lo previsto, por lo que no debería esperar en el corto plazo una subida de tipos, más allá de los altibajos que la incertidumbre política pueda producir. Este diferencial de tipos a un lado y otro del Atlántico está jugando en contra del euro, que esta semana retrocedió hasta 1,16 USD. Sin embargo, tarde o temprano está claro que los tipos de interés de la zona del euro comenzarán a subir, quizá no hasta los niveles previos a la crisis, pero subirán. El banco central estadounidense fue el primero de los grandes bancos centrales que empezó a aplicar los estímulos, y es lógico que si los retira antes los tipos de interés comiencen a aumentar también antes en los EE.UU.
Dado que los rendimientos son aún demasiado bajos, nos seguimos manteniendo al margen de la renta fija estadounidense y de la zona euro nos quedamos por el momento sólo con la española…y sin pasarse de peso.
Esta vez, sin embargo, el mercado de deuda no se ha unido a la fiesta. Los tipos de interés de las obligaciones estadounidenses a 10 años siguen subiendo y rondan ya el 2,4%. En la zona euro, a pesar de la continuación de las compras del BCE, las tipos no han vuelto a los mínimos registrados al comienzo del verano. Buena parte de la culpa de ello la tienen los EE.UU. La subida del precio oficial del dinero por parte del banco central estadounidense y la reducción de su balance, no renovando a vencimiento parte de la deuda en cartera, por sí solos justifican el ajuste al alza de tipos de interés estadounidenses. Pero es que además Washington está negociando una reducción de impuestos que tendrá el efecto de estimular aún más un mercado de trabajo y una economía que ya está funcionando a toda velocidad, y que al mismo tiempo favorecerá un aumento del déficit presupuestario y de la deuda del país. La evolución al alza de los tipos estadounidenses no le puede sorprender a nadie, por tanto.
Mientras, en la zona euro, el BCE seguirá comprando deuda durante al menos nueve meses más de lo previsto, por lo que no debería esperar en el corto plazo una subida de tipos, más allá de los altibajos que la incertidumbre política pueda producir. Este diferencial de tipos a un lado y otro del Atlántico está jugando en contra del euro, que esta semana retrocedió hasta 1,16 USD. Sin embargo, tarde o temprano está claro que los tipos de interés de la zona del euro comenzarán a subir, quizá no hasta los niveles previos a la crisis, pero subirán. El banco central estadounidense fue el primero de los grandes bancos centrales que empezó a aplicar los estímulos, y es lógico que si los retira antes los tipos de interés comiencen a aumentar también antes en los EE.UU.
Dado que los rendimientos son aún demasiado bajos, nos seguimos manteniendo al margen de la renta fija estadounidense y de la zona euro nos quedamos por el momento sólo con la española…y sin pasarse de peso.