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Ayudas a la vivienda, estas no sirven
hace 6 años - martes, 9 de mayo de 2017
Para dar soluciones eficaces se necesita un amplio parque público de vivienda en alquiler, no subvencionar los altos precios de mercado actuales.
Las ayudas anunciadas para la vivienda incurren en errores pasados. ¿Problema de diagnóstico o camino fácil para el gobernante?
Las principales líneas del Plan de Vivienda 2018 que han sido adelantadas por el Ministerio de Fomento incluyen una ayuda directa para compradores de vivienda de hasta 10.800 euros. Se destina a menores de 35 años con ingresos que no superen el equivalente a tres veces el IPREM, unos 22.365 euros anuales. Igualmente se prevén ayudas para el pago del alquiler de hasta el 50% de la renta, para rentas mensuales que no excedan de 900 euros, y con el mismo límite de ingresos para los posibles beneficiarios.
El problema de acceder a una vivienda
Esto supone un reconocimiento del enorme problema de acceso a la vivienda que tenemos en España. Respecto de anteriores planes, se han incrementado los límites que permiten el acceso a las ayudas. También se prevén ayudas para mayores de 65 años, con el fin de facilitar el pago de los suministros, que para miles de pensionistas con ingresos mínimos, entraña una dificultad creciente y los pone en el límite de la vulnerabilidad. O de la pobreza, lisa y llanamente, aunque pueda parecer extraño llamar pobre a quien posee una vivienda en propiedad y sin hipotecas pendientes, pero esa es la realidad.
PRECIO DEL ALQUILER EN MADRID Y BARCELONA, EN EUROS/M2 AL MES
Datos de Fotocasa.
El Plan incluye otras ayudas para la rehabilitación y la mejora de la eficiencia energética. Está aún en fase de aprobación y puede sufrir modificaciones. Pero ya en sus líneas generales avanzadas por el Ministerio nos merece una crítica. Históricamente, la concesión de ayudas directas a la compra de vivienda ha servido para que el precio de la misma aumente. El auténtico problema es la desproporción que existe entre el precio de la vivienda (tanto en compra como en alquiler) y la renta disponible por las familias, así como la ausencia de ahorro previo de quienes pretenden una hipoteca para acceder a su primera vivienda.
¿Un efecto psicológico?
En España seguimos considerando, y nuestros gobernantes los primeros, el alquiler como un mercado "de segunda", o un simple paso hacia la anhelada propiedad. ¿Qué familia puede plantearse seriamente tener que mudarse cada tres años? Si al menos las rentas fueran asequibles... pero no es el caso en absoluto. El sistema de "fuerza" a tener que comprar. Y si dejas pasar los famosos 35 años, allá tú, parece ser el mensaje.
Hay quien piensa que este tipo de ayudas directas tienen un efecto psicológico que contribuye a la dinamización de un mercado deprimido. Como el caso de los planes PIVE para vehículos, que sí parece haber logrado su objetivo… a priori. Porque en realidad este tipo de medidas tienen el efecto de una droga. Hubo ocho planes PIVE y ya hay quien considera “imprescindible” un noveno.
Sería triste que unos cientos o miles de millones de dinero público fueran a acabar en el bolsillo de promotores y constructores, y contribuyan a alargar más la inevitable corrección del precio de la vivienda en España.
Lo mejor: un buen parque público de vivienda
Pensamos que el dinero público estaría mejor destinado en la creación de un parque público de alquiler que dé acceso estable a quienes – jóvenes y menos jóvenes – no pueden alcanzar los actuales precios de mercado.