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Altos directivos: ¡no a los sueldazos injustificados!
hace 6 años - lunes, 3 de abril de 2017
¿Qué nos parecen los salarios de los altos directivos de las empresas? ¿Valen lo que cobran?
Es común oír de boca de los directivos llamamientos en favor de una mejora del desempeño, la productividad y las flexibilidad de los trabajadores. Ideas que, según sus defensores, desembocan en el bien común de la empresa, la economía y la propia sociedad. Pero un buen maestro predica siempre con el ejemplo. Por ello, resulta de lo más chocante que los altos ejecutivos de las empresas cotizadas no se apliquen a sí mismos sus propias recetas. Este colectivo vive, en efecto, en una burbuja, ajena al mundo exterior: deciden sobre sus salarios, calificando y aprobando su propio desempeño. Y es que son pocas las empresas españolas cotizadas que no incluyen en su comité de nombramientos y remuneraciones a algún ejecutivo. Como juez y parte que son, y en aberrante conflicto de interés, contratan asesores que, convenientemente aleccionados, comparan la evolución de sus salarios con la de otros ejecutivos del sector y no con el valor creado para el accionista (es decir, su propia productividad).
No es extraño comprobar cómo el informe de remuneraciones de la CNMV habla de un avance medio de los salarios de los ejecutivos que triplicó en 2015 el rendimiento medio ofrecido por la bolsa (dividendos incluidos). La comparación con la media de las empresas (sin contar las 35 más grandes que componen el índice Ibex 35) es chocante y más aún cuando se compara con el salario medio en España (26.259 euros anuales): más de una vida (131 años) necesitaría el español medio para ganar los 3,45 millones que se embolsa de media anual un consejero delegado.
Y la situación no parece haber variado en 2016. Así p. ej., la remuneración del máximo dirigente de Ence se redujo el año pasado, pero la mitad de lo que cayó el valor de las acciones. El primer ejecutivo de Ebro Foods propone subirse el suelo un 27% cuando la acción ganó un 12,1% (dividendos incluidos), mientras que el de Pearson se sube el sueldo un 20%, tras el descalabro sufrido por la acción. Una situación inaceptable, además de injusta, que protege una gestión mediocre e irresponsable cuyas consecuencias pagan accionistas y trabajadores.
La falta de coraje político entorpece el avance de las reformas en este campo. Pero el empoderamiento de los accionistas con su derecho legítimo a decidir sobre la remuneración de sus ejecutivos está aquí para quedarse. A pesar de no contar aún con el voto vinculante para los informes anuales de remuneraciones, una contundente oposición en la junta de accionistas termina dando resultados. En 2017 nada menos que tres grandes multinacionales británicas (Imperial Brands, Thomas Cook y Reckitt Benckiser) han debido retirar sus propuestas de (mayores) remuneraciones a sus ejecutivos ante la oposición de sus accionistas. Haga usted lo mismo y vote en contra de salarios abusivos de sus ejecutivos.
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