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Made in America
hace 6 años - lunes, 23 de enero de 2017
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca suscita ciertos interrogantes entre los inversores.
Desde el pasado 20 de enero, EE.UU. cuenta con un nuevo presidente. Y como cada vez que un nuevo inquilino pisa la Casa Blanca, este viene con la intención declarada de corregir los errores de su predecesor. Trump no ha defraudado a sus fans y ha entrado como un elefante en una cacharrería. Apenas unos minutos en el Despacho Oval y ya firmó un decreto para el progresivo desmantelamiento del sistema de cobertura sanitaria apadrinado por su antecesor, el programa conocido como Obamacare. Aquellos que decían que una cosa son las bravuconadas que se lanzan en campaña electoral y otra las actuaciones cuando se tiene la responsabilidad de gobernar tendrán que esperar a mejor ocasión.
Ahora EE.UU. saca pecho y las próximas medidas pudieran ir encaminadas a impulsar su actividad económica: el paquete estrella irá dirigido a reducir impuestos. Tanto para los particulares que pudieran ver reducido el tipo impositivo máximo del 39,6% actual al 33% (en España p.ej. en algunas CC.AA. se puede superar el 56% en el IRPF) como para las empresas que además de ver reducida su tasa impositiva del 35% al 20% o incluso al 15% (en España es el 25%) pudieran recibir una amnistía fiscal para repatriar los beneficios generados en el extranjero por sus multinacionales. El hecho de recibir estos beneficios, nada menos que unos 2,6 billones de dólares, daría un empujón a sus inversiones y liberaría caja para repartir entre sus accionistas en forma de dividendos. Ello nos anima a seguir confiando aún en el potencial de algunas grandes empresas estadounidenses a medio plazo (vea nuestro comparador de acciones) a pesar de que muchas de ellas rozan máximos históricos.
Así pues, si bien las acciones estadounidenses, y en especial algunas de las grandes, pueden merecer todavía un hueco en su cartera, respecto a la política monetaria que tomará EE.UU. y el dólar USD en particular somos algo más pesimistas. Por un lado, a la Sra, Yellen, presidenta de la Reserva Federal, partidaria de aumentar gradualmente los tipos de interés y de rebote con ello ir revalorizando el dólar USD, le quedan los días contados al frente del banco central estadounidense. Al Sr. Trump el dólar actual le parece demasiado caro porque empeora la competitividad de sus empresas y se ha declarado partidario de debilitarlo. De hecho, tras estas declaraciones se ha dejado cerca de un 3% en los últimos días frente al euro. Nosotros pensamos que el billete verde está caro y que un valor justo para el mismo debería rondar los 1,20 dólares por euro (0,84 euros por USD).
Seguro que nos tocará seguir hablando del Sr. Trump y sus políticas, alguna de las cuales como las relacionadas con la política comercial internacional le ayudan a sacar pecho ahora pero pueden costarle un resfriado a medio plazo Y ya se sabe que cuando Wall Street tose, el resto del mundo se resfría. El mejor jarabe, por tanto, una sana diversificación.
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