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¡Aíslese del ruido!
hace 6 años - lunes, 21 de noviembre de 2016
En materia de inversión, no conviene que el árbol no le deje ver el bosque (es decir, que el corto plazo no le deje ver el largo plazo).
Como no podía ser de otra forma, la inesperada victoria de Donald Trump ha acaparado el protagonismo de los mercados en estos últimos días. En algunos casos la sobrerreacción se ha producido al alza, como es el caso del sector acerero (vea nuestro análisis al respecto), beneficiado por el proteccionismo del que había hecho gala el nuevo inquilino de la Casa Blanca durante su campaña. En otros, caso de las bolsas de países emergentes, con México a la cabeza, ha sido a la baja por el temor a que la nueva administración norteamericana adopte medidas perjudiciales para el libre comercio. Nadie pone en duda, a posteriori, que haber apostado por el acero y desprenderse de las acciones emergentes hubiera sido una buena decisión a corto plazo. Pero ese no es el camino a la larga.
Cualquier estrategia de inversión que se precie ha de estar basada en el largo plazo y, concretamente, en un análisis sosegado y conjunto de todos los factores que pueden afectar a una determinada apuesta. Es en base a ellos sobre los que tendremos que tomar una determinada decisión y no sobre factores “puntuales” que, si bien juegan un papel destacado en el corto plazo, a la larga no resultan tan cruciales. Es lo que se denomina “ruido de mercado” y del que usted debería mantenerse alejado. Tomar decisiones basándose en “ruidos”, como las elecciones norteamericanas o el pasado Brexit p.ej., puede ser muy peligroso para sus bolsillos. La obsesión por acertar en el corto plazo acabará tarde o temprano jugándole una mala pasada. Y es que jugar a adivinos en los mercados es imposible. Para ello, qué mejor que la Lotería de Navidad.
Obviamente, aislarse del ruido de los mercados no quiere decir que seamos ajenos a la realidad de estos. Nosotros procuramos aprovecharnos, en la medida de lo posible, de las situaciones que se producen y, ni que decir tiene que acontecimientos como los recientes están presentes en nuestras previsiones. Pero claro está, no tienen por qué ser los factores que más pesen. De hecho, a veces pueden llegar incluso a confundirnos de cara a establecer la tendencia de un determinado mercado de cara al largo plazo. Y es que hay muchas otras cuestiones a analizar a la hora de determinar la conveniencia o no de afrontar una determinada inversión que son las que en realidad pueden resultar cruciales de cara a su rentabilidad futura.
Sin ir más lejos es lo que les sucede por ejemplo a las acciones mexicanas, que pese al castigo actual, mantienen a nuestro entender su atractivo dentro de una cartera diversificada. Justo lo contrario de lo que pensamos para un sector acerero en alza pero para el que aún no vemos el final del túnel, afectado como está por un exceso de producción. Para nuestros análisis, seguiremos guiándonos por la brújula del largo plazo y nos pondremos unos buenos tapones para aislarnos del ruido de los mercados que, mal entendido, podría llegar a desorientarnos.
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