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Recompra de acciones propias
hace 7 años - lunes, 26 de septiembre de 2016
¿La recompra de acciones propias influye en una mejor evolución de la cotización? Vea nuestra opinión al respecto.
En Estados Unidos la cantidad destinada por las empresas que componen el índice bursátil S&P 500 a la recompra de sus propias acciones nunca había sido tan elevada desde el verano de 2007: ¡161.000 millones de dólares para el primer trimestre de 2016! ¿Tenemos que interpretar este dato como una señal positiva de la evolución de la Bolsa norteamericana en el futuro? No necesariamente. Con más recursos que nunca, la mayoría de las empresas han optado en los últimos años por aumentar fuertemente y de manera regular el montante destinado a la recompra de acciones propias, mientras que al mismo tiempo las inversiones de las compañías se estancaban. Y a tenor de la fuerte apreciación de las bolsas americanas, estas recompras de acciones han creado valor para el accionista. En los últimos cinco años, el rendimiento de los valores americanos ha sido, para el inversor en euros, del 19% de media anual, frente a menos del 10% para las acciones no americanas.
Ahora bien, el nivel récord alcanzado actualmente por la recompra de acciones no es necesariamente un signo de infravaloración del S&P 500 y una señal positiva para la evolución bursátil en el futuro. Podría ser incluso todo lo contrario. Y es que otras consideraciones aparte de la supuesta infravaloración de la acciones entran en juego a la hora de justificar la recompra de acciones. Puede tratarse incluso de una elección por defecto. Principalmente por falta de oportunidades de inversión más rentables en proyectos de crecimiento interno o en adquisiciones. Y tratarse más bien de un indicador negativo de la futura evolución del negocio.
Hay que señalar en efecto que el anterior máximo en cuanto a recompra de acciones se refiere se produjo en el tercer trimestre de 2007, justo antes del desplome bursátil de octubre y de la crisis de las hipotecas basura. En los meses siguientes, las recompras se redujeron a la mínima expresión, cuando era precisamente el momento adecuado para comprar. Las multinacionales no parecen gozar de una mejor posición que otras compañías a la hora de identificar una sobrevaloración o infravaloración de sus acciones.
Y en el caso actual, el récord de recompras de acciones no parece ser la señal de una Bolsa americana globalmente barata. Pero incluso si su potencial de revalorización nos parece mucho más limitado que antaño, sigue estando claramente ahí. Y las acciones americanas aún merecen figurar en algunas de nuestras carteras globales con un 5% por el momento. En España, en cambio, aunque el uso de autocartera es más habitual que hace unos años (en 2015 se registró el tercer dato más alto de la historia y un 32% más que el año anterior), la recompra de acciones propias sigue estando a años luz de países como EE.UU. Y no por ello la Bolsa española nos parece más o menos cara; de hecho está simplemente correcta.
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