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La OCU advierte sobre los valores estructurados que emiten los grandes bancos
hace 7 años - jueves, 8 de septiembre de 2016En los últimos tiempos proliferan las emisiones de contratos financieros y bonos estructurados que se están ofreciendo desde las oficinas de algunos grandes bancos como alternativa a la frustración que sienten sus clientes al recibir como oferta a la contraprestación de su ahorro en depósitos un rendimiento prácticamente nulo, o más bien del 0,2% de media al plazo de un año.
OCU lanza una advertencia para que los pequeños inversores no se hagan falsas ilusiones con estos productos en los que a pesar de que utilicen el cebo de rendimientos el 4 o del 6% anual en determinadas circunstancias, se puede terminar perdiendo dinero con los mismos en más ocasiones de las que a simple vista pudiera deducirse ya que la devolución del dinero invertido no está garantizada. Ese cupón del 4 o del 6% termina aplicándose en pocos casos, muy pocos casos según nuestras estimaciones (obtenidas al utilizar simulaciones por el método de Montecarlo), y además se aplica a una pequeña parte de la inversión, de forma que el rendimiento TAE del estructurado queda, aun en el azaroso caso de que se cumpla la condición que produzca el pago de dicho cupón y la devolución de todo el dinero, muy por debajo.
Por ello, como concluye OCU inversiones cuando analizó p.ej. los Valores de Renta Fija Estructurados Serie 60 del Santander se trata de productos que en ningún caso son aconsejables para un inversor con perfil conservador que busca depósitos y tampoco para un inversor especulador dado lo irrisorio de la recompensa.
Además, la deuda emitida por una entidad financiera, bien sea con rendimiento fijo o ligada a Bolsa no está acogida a ningún fondo de garantía, por lo que en caso de impago de la entidad el inversor no sólo queda desamparado por fondo de garantía alguno sino que “gracias” al último cambio normativo de rescate bancario los bonistas están llamado a apechugar con las pérdidas de la entidad. En definitiva, el riesgo que implican los bonos estructurados emitidos por las entidades financieras es muy superior al de los tradicionales depósitos, y en ningún caso los primeros son sustitutivos de los segundos.